Huarina. Las intensas lluvias de las últimas semanas en Bolivia ayudaron a que el lago Titicaca, el cuerpo de agua dulce navegable más alto del mundo, recuperara niveles previos a la sequía que lo puso en registros mínimos de profundidad el año pasado.
El lago es uno de los más importantes de Sudamérica y retrocedió a 2.80 metros en noviembre de 2023, el nivel más bajo desde 1973, según contó entonces a The Associated Press el jefe de estudios hidrológicos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), Jhon Chura.
Ahora está a 3.35 metros, informó este lunes el mismo funcionario. “La medición está a nueve centímetros de lo registrado —3.44 metros— el año pasado en marzo”, cuando era época de lluvias y antes de que empezara a secarse.
No obstante, el Titicaca, compartido por Bolivia y Perú, puede verse perjudicado por los efectos de estas variaciones climáticas, apuntó Chura. “El ecosistema es el más afectado con estos cambios bruscos, siendo que estas riadas arrastran todo y, con ello, sedimentos que tapan el hábitat normal del lago”.
Según las predicciones del Senamhi, las lluvias continuarán hasta abril.
El aumento de las precipitaciones azotó a nueve regiones del país, según las autoridades bolivianas. De acuerdo a datos ofrecidos anteriormente por el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, dejaron 51 muertos y cerca de 40 mil familias afectadas.
Entre los puntos afectados está Huarina, una localidad del altiplano ubicada en la ribera del lago Titicaca, donde las autoridades declararon “situación de desastre municipal” por las inundaciones, confirmó el alcalde Wilson Mamani, a solo unos meses de haber lidiado con una fuerte sequía.
Sus pobladores, de mayoría indígena aymara, viven de la siembra de papa, avena y la cría de vacas y sus cultivos se han visto afectado por el exceso de lluvias.