San Salvador. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ofreció este domingo para "arreglar" la crisis de inseguridad y violencia provocada por los grupos armados en Haití, tras haber arrinconado a las pandillas que asolaban a su país.
'Podemos arreglarlo. Pero necesitaremos una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, el consentimiento del país anfitrión y todos los gastos de la misión que cubrir', escribió Bukele en la red social X, en un mensaje en inglés que fue luego replicado por la Secretaría de Prensa de la Presidencia.
Sin embargo, el presidente salvadoreño no dio ningún detalle de qué haría para "arreglar" la situación de Haití, que vive una espiral de violencia desatada por las pandillas armadas, principalmente en la capital Puerto Príncipe, con hospitales bajo ataque, escasez de alimentos e infraestructuras bloqueadas.
Estos grupos y una parte de la población exigen la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, que está fuera del país.
Las pandillas llevan varios días atacando comisarías, tribunales y prisiones, de las que se fugaron miles de presos, lo que ha causado preocupación de la comunidad internacional.
El Consejo de Seguridad de la ONU autorizó en octubre el envío de una misión internacional de seguridad a Haití dirigida por Kenia, pero su despliegue se ha visto retrasado por decisiones de la justicia keniana y por falta de financiación.
Bukele fue reelegido como presidente de El Salvador en febrero con el 85% de los votos, un apoyo que cosechó gracias a la "guerra" antipandillas que devolvió la tranquilidad a las calles.
El mandatario lanzó en marzo de 2022 una ofensiva contra estros grupos bajo un régimen de excepción que redujo a mínimos históricos los asesinatos en el que fue uno de los países sin conflicto bélico más violentos del mundo.
En dos años, las operaciones militares y policiales contra las pandillas salvadoreñas dejaron unos 75.000 detenidos. Al menos 7.000 fueron posteriormente liberados al demostrarse su inocencia.