Ciudad de México. Aunque en el país y en los diversos ámbitos de su vida social –incluida la educación superior--la presencia de las mujeres es cada vez mayor, todavía no se han alcanzado condiciones de igualdad plena de oportunidades y la violencia contra ellas sigue siendo un fenómeno persistente.
Así lo afirmaron las participantes en la Entrega de los Reconocimientos “Sor Juana Inés de la Cruz” 2024, que otorga la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cada año a las universitarias que han tenido un papel destacado en la investigación y la docencia.
En la ceremonia, el rector Leonardo Lomelí Vanegas entregó dicho premio a un total de 78 profesoras e investigadoras de diversas escuelas, facultades e institutos de la máxima casa de estudios.
A nombre de las homenajeadas, María Elena Trujillo Ortega, académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, recordó la figura de la poetisa y escritora Sor Juana Inés de la Cruz como una “mujer adelantada que desafió las normas de su época para seguir su pasión por el conocimiento”.
De igual forma, rememoró a las primeras mujeres que tuvieron acceso a estudios universitarios en México y posteriormente lograron acceder a puestos directivos en la UNAM, muchas de las cuales lo hicieron en años muy recientes.
Sin embargo, dijo, en 100 años sólo ha habido 29 mujeres directoras en la Escuela Nacional Preparatoria y 114 en escuelas y facultades, de un total de 900 designaciones.
“La tendencia de las mujeres que han llegado a ocupar el cargo de directora es abismal. En el siglo pasado, fueron designadas por la Junta de Gobierno, del periodo 1945 al 2000, solo 38 mujeres, lo que representó el equivalente numérico de 0.69 por año”.
En lo que va del presente siglo, “ya van 75, equivalentes a 3.17 al año; en los últimos 3 años, van 23, con 7.6. Este año, llevamos 5”, resaltó Trujillo, quien reconoció a Lomelí por haber nombrado a la primera mujer que ocupa la secretaría general de la Universidad, Patricia Dávila Aranda.
“No queremos ser parte de una estadística ni tampoco ser parte de una equidad de genero si solo es para cubrir el 50 por ciento de una estructura organizacional, que por cierto, nos llevaría un siglo alcanzarlo. Muchas mujeres murieron en el intento de lograr sus metas o sus sueños. Algunas estuvieon solas, pero ya no es el caso. Todas juntas, con el apoyo de la comunidad universitaria, continuaremos con el legado que hoy recibimos”, enfatizó.
Sigue participación desigual de mujeres en ciertas áreas del conocimiento
Por su parte, Norma Blázquez Graf, titular de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, señaló que la entrega de este reconocimiento es un momento propicio para reflexionar sobre los avances y pendientes en este terreno.
Luego de recordar que en muchos momentos históricos las mujeres fueron perseguidas y asesinadas por su rol en la generación de conocimientos –como en las llamadas “cacerías de brujas”--, la funcionaria indicó que no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando ellas fueron admitidas formalmente en las universidades.
“En poco más de un siglo, ocurrió una expansión de la educación, donde la presencia femenina fue un fenómeno novedoso, y la matrícula pasó de un tercio del total en 1960, a casi la mitad en 1995, y así sigue en la actualidad, lo cual significa que se han podido vencer obstáculos sociales y culturales”, saludó.
Pese a ello, “se mantiene una participación desigual según ramas del conocimiento: las ingenierías, la tecnología, la física, las matemáticas y las ciencias agropecuarias siguen siendo terrenos casi exclusivamente masculinos, mientras que algunos campos de las humanidades, la educación, la salud, las ciencias sociales y naturales, son los espacios de mayor presencia de mujeres”.
En cuanto al posgrado, cada vez hay mayor presencia femenina, con 48 por ciento en maestrías y 43 por ciento en doctorados, pero persisten desventajas para ellas, en temas como la continuidad de los estudios hacia la carrera de investigación, y la mayor dificultad para encontrar plazas de tiempo completo en la Universidad y buenos empleos fuera de ella.
Por lo que se refiere a los porcentajes en niveles altos de decisión, como direcciones de facultades y escuelas, las mujeres son 37 por ciento del total, mientras en centros, institutos y campos foráneos, solo son 25 por ciento. Aunque recientemente se han nombrado a más mujeres directoras, en facultades como Arquitectura, Ingeniería y Química nunca ha habido una titular hasta la fecha.
“Las luces nos animan y nos dan fuerza, y las sombras nos alertan, pero lejos de hacernos retroceder, son un estímulo para continuar con mayor convicción en nuestra Universidad y nuestro país en el cambio hacia la igualdad, la no discriminación y una vida libre de violencia para todas las mujeres”, subrayó Blázquez.