Ciudad de México. En el América, los jóvenes de fuerzas básicas suelen ser considerados actores de reparto. Como el futbol es considerado una expresión cultural, la presión ante las fases finales de un torneo y los grandes partidos definen el rasgo por excelencia de una institución acostumbrada a ganar títulos, más allá de la formación de jugadores. “Desde pequeño uno aprende que todos los rivales aspiran a ganarle al América”, afirma el mediocampista Santiago Naveda, uno de los pocos integrantes de su generación que han logrado hacerse de un lugar en el equipo.
La identidad juega un papel importante. Por eso el mexicano reivindica aquella frase del ex seleccionador César Luis Menotti que dice que el futbol es una maravillosa excusa para ser feliz, aunque eso no signifique una solución para todos sus problemas. “En este club siempre va a haber grandísimos jugadores, pero es complicado para los jóvenes de fuerzas básicas. Siempre cuesta abrirse un espacio. A mí me tocó irme a Polonia a préstamo, Ramón (Juárez) pasó también por otros clubes hasta que pudo quedarse”.
Juárez y Emilio Lara, hoy relegado a la categoría Sub-23, son otros de los jóvenes formados en el club que se han repartido minutos en las campañas recientes. “Si bien uno tiene el deseo de tener más participación, todo lo que se aprende es importante”, señala Naveda, con un breve pasado en Europa tras ser cedido en 2022 al Miedz Legnica de la segunda división polaca. “Tal vez hay jugadores que pueden aportar cualidades distintas. Es un reto para nosotros demostrar la misma cara siempre, porque todos trabajamos bajo los mismos conceptos”.
Las Águilas, que este sábado reciben a Tigres en el estadio Azteca, se medirán contra el Chelsea de la Liga Premier en un encuentro amistoso el próximo 31 de julio en Atlanta, Georgia.