Tokio. Los edificios tienen que hacer felices a las personas, dijo el arquitecto japonés Riken Yamamoto, dos días después de haber ganado el premio Pritzker, considerado como el Nobel de esa disciplina.
“Mi objetivo a largo plazo es crear una arquitectura que pueda aportar felicidad a la gente, y no sólo a mis clientes”, declaró el galardonado ante la prensa, visiblemente emocionado.
“Oyéndoles hablar de mí de esta manera, tengo la impresión de que me es posible aceptar que soy un buen arquitecto”, declaró al borde de las lágrimas
Yamamoto, conocido por combinar arquitectura para solucionar problemáticas sociales, se convirtió el martes en el noveno nipón en alzarse con el premio.
Riken Yamamoto crea “sociedades armónicas a pesar de la diversidad de las identidades, las economías, las políticas, las infraestructuras y las viviendas", destacaron de él los organizadores del concurso.
Yamamoto fue seleccionado “por recordarnos que en arquitectura, como en la democracia, los espacios deben ser creados por la voluntad del pueblo”, aseguró el jurado.
A pesar de que la mayor cantidad de obras realizadas por Yamamoto están en Japón, también hay algunas de ellas en Suiza y China.
Uno de los ejemplos de su trabajo es una escuela primaria edificada en Yokohama, en la cual las clases están conectadas por terrazas para que los alumnos se mezclen entre sí.