Dado que, de forma por demás aferrada, no pocos expertos
y opinadores
cuestionan la reorganización, reinvención, reflorecimiento, reflotación o como quiera llamársele, surge una duda: si el saqueo a instituciones de salud pública como el Issste y el IMSS fue más que descarado a lo largo de 36 años, ¿por qué los histéricos gritones de hoy permanecieron en sepulcral silencio cuando ello sucedía? Parece que sólo habría una explicación: fueron cómplices de quienes llevaron a cabo ese latrocinio, como en tantos otros casos.
No transcurre día sin que a esos expertos
y opinadores
les abran las puertas de par en par en los medios de comunicación para que critiquen a gusto las decisiones gubernamentales que intentan recuperar y fortalecer la función social del sector salud, pues en el régimen neoliberal lo transformaron en un negocio más, muy jugoso por cierto, para unos cuantos, es decir, los mismos que hoy lloran desconsoladamente y financian a los gritones.
Desde el arranque del gobierno actual se denunció al cártel farmacéutico, en su mayoría compuesto por políticos que no dejaron piedra sin labrar. Cien mil millones de pesos anuales en contratos para surtir medicamentos al sector público, a precios inflados y sólo disponibles
por medio de sus respectivas empresas distribuidoras, y uno de los principales capos era Emilio Gamboa Patrón (de la mano de Manlio Fabio Beltrones y Roberto Madrazo Pintado), quien ocupó la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con Carlos Salinas de Gortari, y formaba parte de una red en la que imperaba el influyentismo, a seudoperiodistas y a medios de comunicación
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Pero no sólo sacaron una gruesa raja del monopolio de la distribución de medicamentos, sino de la tenebrosa privatización, por ellos mismos promovida, que se dio tanto en el IMSS como en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), instituciones que al final de cuentas las dejaron como mero cascarón, porque todos los servicios (desde guarderías hasta ambulancias, pasando por todo lo demás) fueron entregados a sus cómplices y socios, siempre en el entendido de que ellos recibían comisión o participación.
Lo anterior viene a colación porque en los trabajos de desazolve que realiza en el Issste, por ejemplo, el gobierno federal, todos los días descubre una transa sobre otra transa, que a su vez está ligada a otra transa y así sucesivamente, lo que implica un robo de miles de millones de pesos, todos ellos del erario.
Ayer dijo el presidente López Obrador que el régimen neoliberal destazó
a esa institución, la hicieron pedacitos
, porque privatizaron los laboratorios; bueno, hasta las camillas; entregaron los quirófanos, las ambulancias (anestesias, estudios clínicos, radiografías, hemodiálisis y un interminable etcétera), todo privatizado. Y detrás, gente que dirigió el organismo o políticos (siempre asociados con el inquilino de Los Pinos en turno). Estaba tan arraigado, que llevamos más de dos años. Me acaba de decir todavía Rosa Icela (secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana) que ya se va a lograr la reintegración de servicios para volver lo público, público. Y también hay de estas empresas que cambian de razón social y son los mismos, y van y participan en las licitaciones en el Issste, en el IMSS. Son 36 años de política de pillaje
.
Alrededor de seis meses atrás, la propia Rosa Icela dio cuenta de los avances en el proceso de desazolve en el Issste. ¿Con qué se encontró?: sólo con Calderón y Peña Nieto la privatización en el Issste representó contratos por 88 mil millones de pesos, los cuales, en muchos de los casos, fueron asignados a empresas cuyos dueños eran funcionarios públicos, políticos y prestanombres; corrupción galopante de por medio, con los gobiernos neoliberales la institución quedó devastada, sin capacidad, operatividad ni autonomía, y con una enorme afectación a los servicios de salud y a los derechohabientes.
En 2007, dijo la funcionaria, los directivos del Issste (Miguel Ángel Yunes Linares) privatizaron los servicios de salud para favorecer a empresas mediante actos de corrupción y se incrementó el robo
de medicamentos. El saqueo y la defraudación se dio en todas las áreas: fármacos, equipo médico, servicios, desinversión, subrogación, daños por 15 mil millones de pesos, pensiones irregulares para sus directivos de hasta 273 mil pesos mensuales.
Las rebanadas del pastel
Eso y muchísimo más, porque el desazolve sigue, pero para los gritones de hoy, mudos ayer, todo pasó desapercibido
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X: @cafevega