Ciudad de México. El consumo de alcohol en las comunidades indígenas es un asunto de salud pública con poca atención y medidas para contener sus efectos, coincidieron especialistas, entre ellos, Luis Alfonso Berruecos Villalobos, Guillermina Natera y la doctora María Elena Medina Mora, en los conversatorios Diálogos sobre el alcohol: del consumo a la violencia, en la Facultad de Psicología de la UNAM.
Destacaron que no se debe estigmatizar a las poblaciones indígenas e indicaron entre las principales consecuencias del consumo problemático de alcohol en este sector se encuentran afectaciones a la salud mental y la violencia familiar.
Pero no sólo eso, dijeron que este problema es también consecuencia a una condición de rezago social en las comunidades indígenas que se atribuye a intereses económicos, políticos y culturales.
Recordaron que los principales puntos de contacto para iniciar un consumo problemático de alcohol en las comunidades indígenas son las fiestas patronales y religiosas, en las que las restricciones son mínimas e incluso se incentiva en grupos que normalmente no consumen, como mujeres y menores de edad, además de que las ganancias de la venta que quedan en la comunidad tras la venta de alcohol, también incentivan el consumo.
Añadieron que para atender y prevenir dicho abuso de consumo en poblaciones indígenas es necesario poner especial énfasis en la prevención y en la educación, además de la creación de políticas públicas que fortalezcan su regulación.
Por otra su parte, las especialistas Martha Romero, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría; Raquel Mondragón y Alejandra López, ambas profesoras en la Facultad de Psicología de la UNAM, así como Claudia Benítez, Directora Ejecutiva para una Vida Libre de Violencia de la Secretaria de las Mujeres de la Ciudad de México, hablaron sobre que el consumo de alcohol tiene un efecto desinhibidor, que disminuye el control de impulsos lo que puede llevarle a realizar acciones violentas de una forma directa.
Al respecto manifestaron que la violencia está impactando en edades más jóvenes, lo que demuestra que los mandatos patriarcales siguen fuertemente arraigados. Incuso según estudios, la mayoría de los actos violentos ocurrieron cuando el hombre se encontraba intoxicado por alcohol.
Apuntaron que las mujeres refirieron que iniciaron el consumo de alcohol cuando empezaron una relación de pareja y que se tiene la hipótesis de que el consumo puede darse para enfrentar la situación de estrés que estén teniendo durante la relación o de violencia. Asimismo, uno de los primeros actos de violencia hacia las mujeres es cortar las relaciones personales con familiares y amistades, dejándolas sin redes de apoyo.
“Se ha detectado que hay grupos de mujeres más violentadas que otros, por ejemplo, el 60 por ciento son mujeres que están en una relación de pareja sin estar casadas, sufren más violencia que aquellas que se encuentran casadas, viudas o divorciadas”.