Querétaro, Qro. La candidata presidencial de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum Pardo, continuará este jueves su campaña en Querétaro, donde hallará una mala distribución del agua –servicio privatizado desde hace años–, así como graves problemas de movilidad a causa del desarrollo urbano e industrial, según académicos e investigadores de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y del Colegio de San Luis.
Los especialistas consideraron que otro pendiente que deberá atender quien asuma las riendas del país será la desigualdad existente entre “los dos Querétaros”, uno conformado por la capital y su zona conurbada y San Juan del Río, donde hay empleo, industrias y universidades, y el segundo, “donde no hay nada”.
Señalan que hay municipios rurales como Amealco, Huimilpan y San Joaquín, donde hay alto rezago educativo en primaria y secundaria; en algunos casos, 40 por ciento de la población no ha concluido la secundaria.
Martha Gloria Morales, doctora en Ciencias Políticas de la UAQ, explicó que la escasez de agua se agudizó por la sequía que ha golpeado al estado en los tres últimos años, que ha dejado a las presas con niveles bajos de almacenamiento, aunado a la aprobación de la llamada Ley Kuri –así denominada pues la impulsó el gobernador panista Mauricio Kuri–, con la cual se legalizó lo que ya se realizaba: la privatización del agua.
“Eso no justifica que se legalice el robo”, reprochó la especialista, quien consideró urgente que se revise la Ley de Aguas Nacionales, pues “es muy vieja", ya que con base en ella justificaron la Ley Kuri.
En tanto, Genaro García Guzmán, investigador de dicha casa de estudios, dijo que el líquido procedente del Acueducto II, el cual se extrae del Acuífero de Querétaro, “es usado sobre todo para el sector privado, que incluye los parques industriales, mismos que siguen creciendo en la zona y para desarrollos residenciales de alta plusvalía, ambos muy extractivos”.
Luis Enrique Granados Muñoz, investigador del programa Agua y Sociedad del Colegio de San Luis, coincidió en que el problema más grave que hay en Querétaro es la “alta injusticia hídrica” a causa del acaparamiento del agua por parte de empresas privadas, algunas de ellas extranjeras.
Expuso que para ejecutar ese acaparamiento “se está recurriendo a una figura muy socorrida que es la asociación público-privada, que nació en la economía neoliberal, que en teoría, se decía, tenía altas ventajas tanto para los privados como para el sector público, puesto que entre los dos invertían y las ganancias eran para todos”.
Agregó que no obstante “en la realidad lo que ocurre es que las ganancias son para unos cuantos y las deudas son de todos; entonces, a través de esta figura se concursaron las obras de licitación como el Acueducto II y al concursarse en ese tipo de licitación se hacen de concesiones para operar 50 millones de metros cúbicos de agua anuales para la capital queretana”.