Los Ángeles. La armera de la película Rust, protagonizada por Alec Baldwin y durante cuyo rodaje falleció la directora de fotografía por un disparo, fue declarada culpable de homicidio involuntario por un jurado de Nuevo México este miércoles.
Hannah Gutierrez, quien estaba a cargo de supervisar las armas en la producción de vaqueros, no expresó emoción cuando escuchó el veredicto unánime, al cual el jurado llegó tras dos horas de deliberaciones.
La sentencia no debe ser anunciada antes de abril.
Gutierrez, quien siempre refutó las acusaciones, puede enfrentar más de un año de cárcel por el cargo.
El juicio de Gutierrez por el tiro en el set que en 2021 acabó con la vida de la directora de fotografía, Halyna Hutchins, duró dos semanas.
Hutchins murió como consecuencia de un disparo de una Colt .45 que Baldwin blandía durante un ensayo en una iglesia del set de rodaje en el estado de Nuevo México, en el sur de Estados Unidos. El arma, contrario a lo esperado, tenía una bala real. El director Joel Souza fue herido con el mismo proyectil.
El juicio se enfocó en cómo la bala, una de las varias que los investigadores encontraron, llegó al plató, algo estrictamente prohibido por las reglas de seguridad de la industria.
"Sin atención"
El jurado vio imágenes del rodaje en las cuales los actores manipulaban armas de forma peligrosa, de acuerdo con los testigos, sin que Gutierrez interviniese, incluyendo una toma con Baldwin sosteniendo el arma como si fuese un "palillo de apuntar".
"Este no es un caso en el que Hannah Gutierrez cometió un error y ese error fue poner accidentalmente un cartucho cargado en esa pistola", dijo la fiscal Kari Morrissey al jurado en su alegato final del miércoles.
"Este caso es sobre las constantes e interminables fallas que resultaron en la muerte de un ser humano y casi mataron a otro", prosiguió.
Morrissey dijo en la mañana que, cuando Hutchins recibió el disparo, la armera, también conocida como Hannah Gutierrez-Reed, estaba como de costumbre descuidada con su trabajo de supervisar las más de 20 armas que utilizaba la producción, y no estaba presente cuando Baldwin y el equipo se preparaban para una escena.
"Dejó el arma en la iglesia, en contra de todas las normas de la industria para los armeros en los platós de cine", dijo Morrissey.
"Como escucharon de varios testigos, ella dejaba las armas sin atención todo el tiempo. No hubo nada inusual el 21 de octubre", el día del letal disparo, aseguró.
Gutierrez, dijo Morrisey, trajo balas reales al set y no ejecutó medidas de precaución básica para asegurarse de que la munición que colocaba en las armas fuese inerte, como sacudirlas para escuchar el característico sonido.
"Amigos, si ella no revisaba la munición de utilería (...) para asegurarse de que esas balas (...) eran de hecho de utilería, esto era una ruleta rusa cada vez que un actor agarraba un arma", le dijo al jurado.
Chivo expiatorio
La defensa, liderada por Jason Bowles, dijo que Gutierrez era un chivo expiatorio para una producción que economizó en seguridad por motivos financieros.
Gutierrez no tenía cómo saber que había munición real en el set y fue instada a creer que los productores obtuvieron balas de utilería para la película, sostuvo.
"La responsabilidad recae en la producción, como en cualquier organización. Comienza arriba", dijo. "Los poderosos quieren dejar esto atrás y terminar la película. Hacer dinero".
"Tienen a la persona adecuada para poner ese peso sentada aquí", continuó.
Gutierrez enfrentaba además un cargo de obstrucción de evidencia debido al supuesto intento de deshacerse de cocaína tras el incidente en el set, pero el jurado la declaró no culpable.
Baldwin, uno de los productores de la película además de ser el protagonista, también está acusado de homicidio involuntario y debe ir a juicio en julio.