Washington y Nueva York. El ex presidente Donald Trump y el actual presidente Joe Biden no están de acuerdo en mucho, pero ambos afirman que existe una seria amenaza de que el sistema democrático de este país pueda llegar a su fin este año -si es que el otro gana-.
En este año electoral extraordinario -entre otras cosas por la retórica existencial de ambos candidatos y sus equipos- las elecciones primarias en 15 estados en este llamado “súper martes” consolidarán las posiciones de lo que todo indica serán los dos contendientes principales para la presidencia en noviembre. No hay suspenso sobre los resultados del martes, con Biden y Trump ganando las primarias de sus respectivos partidos.
El otro gran evento político de la semana, el informe presidencial anual ante el Congreso programado para el jueves, servirá para que Biden ofrezca su proyecto político para su selección.
Mientras tanto, Trump logró superar otro obstáculo más a su campaña electoral cuando la Suprema Corte falló a su favor al decidir que el estado de Colorado no podía descalificar a Trump como candidato presidencia sólo porque intentó subvertir los resultados de la última elección presidencial. Colorado ahora tiene que resituir el nombre de Trump en las boletas electorales y el fallo unánime de la Corte implica que aquellos que han impulsado iniciativas para anular la candidatura del ex presidentes en las boletas de otros estados ya no podrán prosperar. Sin embargo, Trump aún enfrenta por lo menos cuatro juicios con un total de 91 cargos criminales y, por ahora, continúa dividiendo su tiempo batallando en las cortes mientras sigue con su campaña.
Trump ha calificado la presidencia de Biden como una “pesadilla” para el país. En un discurso reciente ante conservadores afirmó: “nuestro país está siendo destruido, y la única cosa que está entre ustedes y la obliteración soy yo”.
En un mitin electoral en Carolina del Norte, Trump explicó que la decisión de Biden de permitir el ingreso de más inmigrantes es “una conspiración para derrocar a Estados Unidos de America” (al parecer, sólo por dejar que ingresen extranjeros). Agregó que Biden “habla de democracia, pero él es un peligro a la democracia”.
Por su lado, Biden ha repetido que hay una amenaza existencial a la democracia que proviene de Trump. “Imaginen la pesadilla si Trump es reelecto”, ha repetido a sus simpatizantes, y en otro evento señaló que “si Trump no estaba en la contienda, no estoy seguro que yo estaría… No lo podemos dejar ganar”, haciendo eco del mensaje de su contrincante de que él está en esto para defender la democracia, y reitera que “si la democracia es aún la causa sagrada de America, es la cuestión más urgente de nuestros tiempos”.
En entrevistas y actos públicos, es evidente que los simpatizantes más férreos de estos candidatos han abrazado estos argumentos. Pero en encuestas de estos últimos meses sugieren que el público en general no expresa gran entusiasmo por ninguno de estos proclamados defensores de la democracia. Un sondeo de AP/NORC emitido este lunes registró que más de 6 de cada 10 adultos estadunidenses dudan de la capacidad mental de Biden y Trump.
De hecho, las encuestas de estas últimas semanas han registrado no la popularidad sino qué tan impopulares son ambos contendientes. O sea, a veces parece que es una competencia entre quién es más reprobado por el público. Una encuesta del New York Times/Sienna emitida el sábado encontró que Trump le estaba ganando a Biden por 5 puntos porcentuales -48 a 43. Esta es la mayor ventaja gozada por Trump desde 2015 en esta encuesta, y registra un revés para Biden quien tan recientemente como en diciembre ganaba a Trump por 2 puntos. El veterano encuestador Nate Cohn resumió el resultado del sábado así: “Biden es muy impopular, tan impopular que ahora es hasta menos popular que Trump, quien permanece tan impopular como lo era hace cuatro años”.
La mayoría tiene una percepción “desfavorable” tanto de Biden como de Trump, según ésta como otras encuestas previas. Con ello, sigue en el aire la pregunta de porqué estos dos son los principales contendientes -un 45 por ciento de los demócratas opina que su presidente no debería de permanecer en este concurso.
Por eso será tan importante para Biden el llamado “estado de la unión”, el informe del presidente de este jueves ante ambas cámaras legislativas, que algunos están caracterizando como el discurso de apertura de su campaña de selección.
Frecuentemente Biden repite la misma frase en discursos y entrevistas cuando es preguntado sobre algunos de los problemas electorales que enfrenta: “no me comparen con el Todopoderoso, compárenme con la alternativa”.
Con ambos repitiendo que el otro representa una amenaza existencial del experimento democrático estadunidense, parece que están convenciendo a muchos. Una encuesta de CBS News emitida en enero encontró que un 70 por ciento de los encuestados cree que “la democracia de Estados Unidos y el imperio de la ley están bajo amenaza” en esta elección. No sorprende entonces que una mitad de los encuestados piensa que “habrá violencia del lado que pierda la próxima elección”.