Práctica común en tiempos de campaña electoral –cualquiera que sea el cargo público al que se aspira– es que los candidatos todo prometen y ya en el ejercicio del hueso suelen incumplir todo, o cuando menos la parte medular del interminable paquete de compromisos
y ofertas
–notariadas y, ya en el ridículo, con sangre de por medio– adquiridos durante el proselitismo. Y ello sucede aquí, allá y acullá.
El siguiente ejemplo no aborda el actual proceso electoral –que oficialmente arrancó el viernes pasado y no estará libre de incumplimientos–, sino que se trata de lo mismo, pero en Estados Unidos, en el que el tema migratorio es recurrente y se utiliza con perversidad por los candidatos para ganar votos de la mayoría blanca a costillas de agredir y vilipendiar a quienes cometieron el sacrilegio
de buscar la vida en aquellas tierras, especialmente tratándose de mexicanos.
Como sucede en estos casos, las recientes semanas han sido utilizadas por Joe Biden y Donald Trump (formalmente aún no son candidatos, pero ya se dan vuelo con el tema referido) para golpear a los migrantes y de forma por demás ruin utilizarlos en sus aspiraciones electorales. Duro que dale en contra de las minoría étnicas –con los mexicanos a la cabeza–, con todo y que en los últimos días se han conocido informes muy reveladores (el de la canciller Alicia Bárcena es uno de ellos) sobre el sólido aporte de esos migrantes a la economía estadunidense.
Por ello, resulta de primer nivel la información de los corresponsales de La Jornada en Estados Unidos (David Brooks y Jim Cason), la cual dice así: “mientras el presidente Joe Biden y Donald Trump compiten sobre propuestas para frenar el flujo de inmigrantes que cruzan la frontera con México, el jefe de la Reserva Federal y la Oficina del Congreso sobre el Presupuesto –centro de análisis oficial no partidista– reportan que los inmigrantes han sido clave en la recuperación económica pospandemia y proyectan que aportarán 7 billones de dólares al crecimiento económico en los próximos 10 años en ese país del norte”.
Algo más: “la economía estadunidense se ha beneficiado de la inmigración, pues en el último año una gran parte de la historia del mercado laboral recuperando el equilibro se explica por la inmigración retornando a niveles prepandemia, explicó el presidente de la Fed, Jerome Powell; los inmigrantes tienden a ser más jóvenes y su participación en la fuerza laboral es más alta que la de trabajadores locales … Como resultado de los cambios en la fuerza laboral, se estima que de 2023 a 2034 el PIB será más grande por 7 billones de dólares y los ingresos (fiscales del gobierno) serán mayores por aproximadamente un billón de dólares de lo que serían sin estas aportaciones … Según la Oficina de Estadísticas Laborales del gobierno federal, 18.1 por ciento de la fuerza laboral estadunidense nació en el extranjero, el porcentaje más alto en por lo menos los pasados 28 años”.
La información es contundente, pero Biden y Trump compiten para ver quién dice más barbaridades y no dejan de golpear y ofender a los inmigrantes, con especial enfoque en los mexicanos, resulta indiscutible que éstos constituyen la primera minoría étnica en Estados Unidos, la cual contribuye de forma creciente al producto interno bruto estadunidense (los mexicanos en ese país, incluidos los de segunda y tercera generación, contribuyen con 8 por ciento del PIB de Estados Unidos; si bien esta información es de una década atrás, da cuenta del peso específico y creciente de los paisanos
).
De lo anterior dan cuenta los informes del Centro Selig de la Universidad de Georgia, que subrayan que “el poder adquisitivo de los hispanos (65 por ciento de los cuales son de origen mexicano) determinará cada vez más el ritmo del crecimiento del PIB de Estados Unidos… Para 2020 el poder de compra de ese grupo –que excluye a los indocumentados– se aproximó a un billón 700 mil millones de dólares; de ellos, alrededor de 60 por ciento corresponde a los mexicanos”.
Entonces, Biden y Trump deben ser menos energúmenos, negociar un amplio acuerdo migratorio incluyente y respetuoso de los derechos humanos, tirar a la basura sus enseñanzas en el Ku Klux Klan y encontrar formas más civilizadas de captar votos, porque de otra forma quedarán embarrados, como tantos otros políticos estadunidenses a lo largo de su historia.
Las rebanadas del pastel
Aquí, arrancan las campañas electorales con 100 compromisos
, una aspirante a vampira, Lady Drácula, que ofrece una cárcel grandota
y un millennial que no ata ni desata.
Twitter: @cafevega