Ciudad de México. En el Muro de Honor del salón de plenos del Senado de la República se colocó hoy en letras doradas la leyenda: “Instituto Politécnico Nacional. La Técnica al Servicio de la Patria”, durante una sesión solemne, en la que el director de la institución, Arturo Reyes Sandoval hizo un recuento de los logros en 88 años de vida de ese centro de educación superior que “le ha brindado los mejores frutos del conocimiento, la ciencia, el arte y la cultura a hijos de obreros, campesinos” y ahora también a los jóvenes de los pueblos indígenas.

Con la unidad del IPN de Palenque, Chiapas, se promueve el desarrollo de una región que ha sido históricamente marginada de los proyectos modernizadores y de ella egresarán “los primeros ingenieros politécnicos maya-lacandones, choles, tzeltales y tzotziles”, resaltó Reyes Sandoval en el salón de sesiones de esa cámara del Congreso que, por primera vez en mucho tiempo se llenó por completo.

“Hoy extendemos nuestra impronta Cardenista de justicia social a los pueblos originarios, cuya riqueza cultural ha permanecido resplandeciente pese a siglos de explotación aislamiento y desprecio”, insistió el director del IPN, en esa ceremonia encabezada por la presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera.

El director del Politécnico Nacional recordó que sólo dos años después de que el IPN fue creado, mostró sus alcances, ya que sus ingenieros -”hijos de la clase trabajadora mexicana”, lograron poner en marcha la industria petrolera, recién expropiada por el presidente Lázaro Cárdenas. “Se pensó que se tendría que llamar de regreso a los técnicos de las compañía extranjeras, pero no fue así”.

Los ingenieros egresados del naciente instituto se hicieron cargo, incrementaron la exploración y perforación de pozos e hicieron de Petróleos Mexicanos (Pemex) una empresa competitiva a nivel internacional. El episodio, resaltó, mostró que “la nación moderna soñada” es una realidad cuando se educa a su pueblo”.

En la actualidad, a sus 88 años de existencia, el IPN se ha convertido en “el brazo tecnológico del gobierno federal” que a través de sus capacidades y recursos, “es fuerza impulsora de los proyectos estratégicos de la nación y del desarrollo regional”, insistió Reyes Sandoval.

Detalló que “la semilla politécnica ha germinado” en casi un millón de egresados y en la actualidad se se forman en sus aulas más de 216 mil estudiantes, a través de 293 programas en los tres niveles educativos.

El IPN se integra de más de 250 mil miembros, es decir, un cuarto de millón de personas, entre estudiantes, docentes, administrativos, personal directivo, trabajadores y trabajadoras y ha consolidado su presencia en el 75 por ciento del territorio nacional”. Para agosto se planea concluir las instalaciones definitivas de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería , Campus Palenque , y se colocó la primera piedra para un Centro de Estudios Tecnológicos en Puebla.

Se cuenta, detalló, , con 20 centros de investigación , con posgrados de calidad internacional, “somos la tercera institución de educación superior con el mayor número de investigadores” y les aseguro que “el conocimiento politécnico generado y acumulado en toda su historia, está presente también en nuestra realidad inmediata y más cotidiana, como en el transporte, las telecomunicaciones”.

Desde sus orígenes, “el Politécnico ha impulsado la industrialización de México y puesto los cimientos de sectores completos como las industrias extractivas, de la química, la automotriz en sus inicios” y “cómo no decirlo, de la industria aeroespacial”. Por 70 años, dijo, fue la única institución que enseñó esa asignatura y ha colaborado en misiones espaciales, actualmente con la Nasa”.

Fue una ceremonia emotiva, alegre, a la que asistieron la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Leticia Ramírez, el senador de Morena, José Antonio Alvarez Lima, ex director de Canal 11, la senadora del PRI, Beatriz Paredes, además de autoridades, científicos, entre ellos el creador de la tinta endeleble, profesionistas formados en el IPN, deportistas y demás miembros de la comunidad politécnica.

La autora de ese homenaje al IPN, la senadora Elvia Marcela Mora fue la primera en entonar la porra clásica del Poli, que resonó en el recinto senatorial muchas veces más, después de que se develó la placa, entre los acordes musicales de la Orquesta Sinfónica del Politécnico, que pusieron a bailar a los asistentes, muchos vestidos con lo colores guinda y blanco.

“!Que viva la educación pública superior, gratuita, de calidad, incluyente, democrática y popular!!! recalcó la senadora Rivera e hizo notar que “cada avance científico, cada innovación tecnológica que emerge de sus aulas y laboratorios, no sólo enriquece su acervo académico, sino que también se convierte en una herramienta poderosa para abordar los desafíos que enfrenta nuestra nación”.

Por ello, recalcó, “hoy nos reunimos para rendir un homenaje al Instituto Politécnico Nacional y para agradecer tantos años de servicio a la patria, al conocimiento y a la técnica”.