Tel Aviv., Un ataque israelí a Rafah sería el último clavo en el ataúd
de las entregas de ayuda al territorio sitiado, advirtió la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El secretario general del organismo mundial, Antonio Guterres, afirmó que la ofensiva total con la que se ha amenazado desde hace tiempo a la ciudad más sureña de Gaza –donde se refugian hasta 1.5 millones de los 2.3 millones de habitantes del enclave– no sólo sería aterradora
para quienes se encuentran en la ciudad, sino también pondría el último clavo en el ataúd de los programas de ayuda
.
En un discurso ante el Consejo de Derechos Humanos del organismo, en Ginebra, Guterres señaló que Rafah está en el centro de la operación de ayuda humanitaria
para los palestinos en Gaza, donde los residentes han enfrentado bombardeo aéreo, operaciones terrestres y un bloqueo que casi ha agotado las reservas de agua, energía, comida y medicinas.
La guerra israelí en Gaza comenzó a raíz de un sangriento ataque de Hamas en el sur de su territorio, durante el cual unas mil 200 personas fueron asesinadas y otras 250 tomadas en rehenes. Funcionarios de salud en Gaza, gobernada por Hamas, afirman que casi 30 mil personas han perecido en la respuesta israelí.
El ejército de Israel ha presentado al gabinete de guerra su plan dual de invasión y evacuación para Rafah, según informó ayer la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu.
La presentación del plan, que no se ha hecho público, es indicativa de la intención de Tel Aviv de continuar las operaciones en la ciudad sureña, pese a protestas de su aliado más cercano, Estados Unidos, y de la comunidad internacional.
Las condiciones en Rafah son severas. Muchos viven en escuelas, mezquitas, hospitales y campamentos improvisados, densamente poblados, en los que han cundido la enfermedad, la falta de alimento y la deshidratación. Rafah es hogar normalmente de unas 280 mil personas, pero ahora alberga hasta millón y medio.
La cantidad de ayuda que llega a Gaza cayó 50 por ciento en febrero en comparación con el mes anterior, publicó en Twitter/X Philippe Lazzarini, jefe de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos. Se suponía que la ayuda aumentaría, no disminuiría, para atender las enormes necesidades de 2 millones de palestinos en desesperadas condiciones de vida
, escribió.
Mientras continúa con los preparativos bélicos en Rafah, Israel fue acusado de hacer caso omiso a una orden del máximo tribunal de Naciones Unidas de proveer de ayuda urgente al pueblo de Gaza, a un mes de la trascendental decisión que le ordenaba hacer todo lo posible por evitar mortandad, destrucción y cualquier acto de genocidio en la franja.
El veredicto de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) se emitió en respuesta provisional a una solicitud de Sudáfrica que acusa a Israel de cometer genocidio en Gaza. Tel Aviv niega con vehemencia tales acusaciones.
Human Rights Watch sostuvo que Israel ha violado la orden de la corte y que bloquea la ayuda salvadora de vida
, en tanto mata de hambre
a los palestinos. Tel Aviv niega que restrinja el ingreso de ayuda, y en cambio ha acusado a las organizaciones humanitarias que operan en la franja, afirmando que cientos de camiones llenos de ayuda se encuentran varados del lado palestino del cruce principal. La ONU argumenta que no siempre puede llegar a los vehículos en el cruce porque por momentos es demasiado peligroso.
En tanto, la fuerza aérea israelí lanzó una serie de ataques muy dentro de Líbano
contra presuntos blancos de Hezbolah. Se informó de explosiones escuchadas por residentes cerca de la ciudad de Baalbek, en el valle de Beqaa, bastión de Hezbolá. Por lo menos dos personas perecieron en los ataques, según un oficial del grupo militante. Por la tarde, Hezbolá informó haber respondido a los ataques aéreos cerca de Baalbek disparando 60 cohetes Katyusha hacia un comando divisional del ejército israelí en las alturas del Golán, Siria, ocupadas por Israel. El ejército isarelí confirmó que docenas de cohetes fueron lanzados desde Líbano hacia su país la tarde de ayer.
Los ataques cerca de Baalbek ocurrieron menos de dos horas después de que Hezbolah aseguró que sus combatientes habían derribado un dron Elbit Hermes 450 israelí sobre su bastión en una provincia del sur de Líbano. Otro misil disparado por Hezbolá hacia el dron fue interceptado por Israel y cayó cerca de una sinagoga en una ciudad cercana a Nazaret, en el norte de Israel. No hubo lesiones ni daños.
A la fecha, la mayoría de los ataques israelíes en Líbano se han enfocado en la zona fronteriza entre los dos países. Hezbolah, aliado de Hamas, ha dicho que detendrá sus ataques si se alcanza un alto el fuego en Gaza.
Los ataques se produjeron después de comentarios emitidos el domingo por el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, durante una visita al Comando Norte, donde advirtió que las operaciones contra Hezbolah se intensificarían incluso si se llega a un acuerdo con Hamas sobre Gaza.
En un suceso significativo, en Cisjordania reocupada, el primer ministro palestino, Mohammed Shtayyeh, informó que presentó la renuncia de su gobierno, argumentando que se requieren nuevas medidas políticas
como resultado del agravamiento de la situación en Gaza.
La renuncia ocurre cuando la comunidad internacional reflexiona sobre los planes para cuando termine la guerra israelí contra Hamas. Estados Unidos, sobre todo, ha propuesto que una versión reformada de la Autoridad Nacional Palestina gobierne tanto Gaza como Cisjordania al concluir la guerra.
Presento al presidente (Mahmoud Abbas) la renuncia del gobierno
, dijo Shtayyeh, añadiendo que la misma es resultado de “sucesos relacionados con la agresión contra la franja de Gaza y el recrudecimiento en Cisjordania y Jerusalén.
La próxima etapa y sus desafíos requieren nuevas medidas gubernamentales y políticas que tomen en cuenta la nueva realidad en la franja de Gaza
, sostuvo.
El presidente Abbas –quien aún debe aceptar la renuncia– ha sido criticado por muchos palestinos por lo que perciben como falta de acción o retórica efectiva contra las operaciones israelíes desde el inicio de la guerra. Aunque Abbas ha hecho constantes declaraciones, muchos las consideran huecas e inefectivas.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya