En el Dignity Health Sports Park era tiempo de dar un golpe de autoridad ante Estados Unidos. Evaluar qué tanto había crecido el futbol femenil mexicano sobre un rival que históricamente ha sido muy superior. Era esa oportunidad, la de salir con el puño en alto en la Copa Oro, una historia que, después de mucho tiempo, al fin pudo concretarse en Carson, California con una selección nacional que logró imponerse 2-0 a una de las mejores equipos del planeta.
Con una bravura excepcional, las pupilas de Pedro López contuvieron a las tetracampeonas del mundo desde el arranque. Las mantuvieron al margen. Incluso, provocaron que las anfitrionas se equivocaran en una cobertura defensiva que desencadenó en la anotación de Jacqueline Ovalle, quien con inteligencia clareó a la guardameta.
Las aztecas, con la misma intensidad durante todo el partido, tuvieron un par de opciones más con las que pudieron adelantarse en el marcador. Un poste y una gran atajada fueron la mejor muestra de que México estaba siendo superior.
Las locales no entendían cómo sus vecinas del sur se estaban revelando en el campo. La cereza al pastel la puso Mayra Pelayo con un disparo angulado con el que las verdes, además de consolidar el liderato de su grupo (siete puntos) y su pase a cuartos de final, demostraron que el proyecto de la Liga Mx femenil es rentable con resultados que poco a poco empiezan a cambiar el estatus del futbol nacional.