Madrid. Uno de los objetivos del gobierno de coalición de izquierdas, presidido por el socialista Pedro Sánchez, es el de estar presente e influir en algunos de los sectores estratégicos de la economía, como el tecnológico y la telefonía.
Para eso, el Ejecutivo español anunció la creación de una megaempresa pública, que se llamará Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT), que tendrá como inversión inicial 20 mil millones de euros (380 mil millones de pesos) y que entre sus primeras operaciones será la compra del 10 por ciento de la multinacional Telefónica, que le permitirá sentarse en el consejo de administración y participar en el diseño de las estrategias y en la toma de decisiones.
El ministro español del ramo, José Luis Escrivá, hizo el anuncio de esta medida, que no será inminente pero que se hará en los siguientes pasos: primero se aprobará en el consejo de ministros, previsiblemente a lo largo de la próxima semana, después se iniciará su tramitación por la vía de “urgencia”, con lo que si se cumplen los plazos previstos lo más previsible es que el nuevo gigante público español de las tecnologías esté operativo en unos tres o cuatro meses.
Escrivá apunto que “es un instrumento más que nos queremos dar. Estamos en una etapa donde está habiendo cambios muy importantes y como país tenemos que tener una presencia muy clara y muy potente en estos sectores”, además de otros que tienen definidos como “prioritarios” en el gobierno español, como todo lo que tiene que ver con la inteligencia artificial y, por supuesto, el sector energético, si bien para éste último aún no ha sumado el consenso suficiente con sus socios parlamentarios, entre ellos los nacionalistas conservadores del País Vasco y Cataluña, con vínculos con Iberdrola y Gas Natural, respectivamente.
A través de éste operador público de las tecnológicos, el Estado español desembolsará los dos mil 200 millones de euros (41 mil 800 millones de pesos) con los que aspiran a asumir el control del 10 por ciento de las acciones en Telefónica, tras una decisión que anunciaron hace un par de meses y a raíz de la entrada en el consejo de administración de la empresa pública de Arabia Saudí, STC Group.