Los nombramientos de jueces no deben ser sometidos a votación, ante el riesgo de que las consideraciones políticas prevalezcan sobre los méritos, advirtió el magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Felipe de la Mata Pizaña, en la Conferencia Magistral Independencia judicial que impartió a estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
“Sólo puede ser jurídica una resolución que ha sido emitida por un juez independiente”, aclaró al precisar que así lo dicta el Código Iberoamericano. Alertó —entre otras situaciones— que “si un juez pierde su independencia, se convierte en político”.
Frente a un grupo de alumnos y profesores de la UdeG, el magistrado De la Mata Pizaña cuestionó “¿Qué es la independencia judicial? Es una actitud que deben tener los jueces. Una actitud de neutralidad frente a las partes, frente a los órganos de gobierno diferentes al Poder Judicial. Leonel Castillo, quien fue presidente del Tribunal Electoral, decía que no hay presiones, sino presionados. Las presiones más grandes pueden venir y puedes dejarlas pasar. El tema no es que te presionen. El problema real es que tú te sientas presionado ¿No? Y eso es lo que tú debes tener claro”, planteó.
Felipe de la Mata refirió que la independencia judicial garantiza la división de poderes, pues si no hay división de poderes no puede hablarse en los hechos realmente de una Constitución. “En los hechos dejaría de ser un Estado constitucional para convertirse en un Estado, por utilizar palabras filosóficas antiguas, tiránico, dictatorial, en términos modernos”.
Durante esta intervención, en el marco de las Brigadas Electorales de la EJE en el estado de Jalisco, explicó la diferencia entre poderes: el Poder Ejecutivo, es unipersonal; el Poder Legislativo, bicameral (Diputados y Senadores), y el Poder Judicial corresponde a cada uno de los titulares del Poder Judicial, y son varios miles.
Detalló que son todos los jueces de distrito, magistrados de colegiados, de apelación, magistrados electorales, ministros de la corte, magistrados de todo tipo, el Consejo de la Judicatura, miembros del Consejo de la Judicatura. Por eso, dijo, es importante que en todos los ámbitos y en todos los órganos deba haber independencia judicial.
“Un país donde no exista independencia judicial —consideró— no puede llamarse democrático, tan claro como eso. Esos son los estándares internacionales, los principios básicos también de la independencia judicial de la ONU”.
Se pronunció por la independencia de la judicatura, remuneraciones adecuadas no fastuosas, personas seleccionadas mediante criterios objetivos, permanencia en el cargo, inamovilidad de los jueces y prohibición de suspensión arbitraria.
En el caso de los nombramientos de jueces advirtió que “no deben ser sometidas a votación, pues existe el riesgo de que las consideraciones políticas prevalezcan sobre los méritos”. Sobre la duración del mandato, comentó que la independencia judicial sólo se puede garantizar si los jueces terminan el mandato para el cual fueron electos, “de otra manera van a vivir siempre con una pistola en la sien, diciéndoles: ¡Si no haces lo que yo te digo, te reformo!”.