Ciudad de México. La exposición Templo de Máquinas, de la artista visual Manuela Riestra, es “un guiño a los orígenes de la mitología y las prácticas históricas de culto a través de los siglos, al tiempo que crea nuevas formas de interactuar con el arte y los objetos”, aseguró la curadora Georgianna Chiang.
La muestra, realizada en la galería de arte Koik Contemporary y que concluyó este sábado, toma prestadas las formas de reliquias antiguas para crear nuevas tecnologías, incluyó también un performance por parte de la artista Lizbeth Rosano, además de una propuesta gastronómica.
En su obra hay piezas como “Naimer La Regeneradora”, realizada en cerámica de alta temperatura con una instalación eléctrica; “Cosecha de lágrimas”, basada en una técnica de Raku y metal, o “R3C0L3CT0R4”, creada mediante una fundición en aluminio, y canteras rosa y negra.
“Son piezas interactivas que reaccionan a estímulos humanos. La noche de la inauguración convocó a numerosos asistentes. Las piezas estaban hechas para crear asombro, como si fueran un acto de magia que genera una conexión con el público”, dijo Chiang.
Manuela Riestra nació en 1998, en la Ciudad de México, es candidata al premio BFA 2024 con especialización en Escultura en la Escuela de Artes Plásticas de La Esmeralda. También ha participado en tres ediciones de la feria anual de arte emergente Clavo Movimiento en la Ciudad de México (2020-2022).
Como acto de clausura, en dicha galería se realizó la muestra pop-up “Sueño Guajiro, un hechizo para los amores que no duran”, realizado por Manuela Riestra, Arantza Colomer y un performance llevado a cabo por Lizeth Rosano.