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De viento y materia

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Maritza López comenta que la exposición presenta un “trabajo que en su momento no se podía exponer por razones de censura a los desnudos y que no había galerías que quisieran exhibirlo. Foto José Antonio López
24 de febrero de 2024 09:44

El cuerpo, la luz y múltiples imaginarios que detonan los desnudos como espacios de evocación poética presenta la fotógrafa Maritza López en la exposición De viento y materia, que alberga el Museo de Arte Moderno (MAM).

Las 30 imágenes que integran la muestra abarcan de 1984 a 2014, en las que la artista juega con el movimiento, la textura, los contrastes y la forma de los cuerpos, la mayoría de coreógrafos y bailarines.

Empecé desde hace mucho tiempo a trabajar con la fotografía en blanco y negro porque siento que hay mayor efectividad con los contrastes; además, todo lo realizo en mi estudio. Uso mucho la iluminación para hacer claroscuros que dan mayor efecto a nivel expresivo, explica Maritza López a La Jornada.

Añade que entre las fotografías seleccionadas figura una serie que realizó hace 25 años, cuando estaba de moda la imagen intervenida; consiste en obtener la foto, sumergirla en una sustancia y luego pintarle algunas partes.

En ese momento ya podías intervenir tus fotos con líquidos en el sistema analógico; hubo un regreso a la piezografía; había muchos procesos antiguos y aproveché esa serie que ya tenía para intervenirla y lograr ese efecto sepia, que más bien es un manchado que te lleva a ese resultado.

López, quien en 1980 ganó la Bienal de Fotografía del Instituto Nacional de Bellas Artes (entonces INBA), comenta que la exposición presenta “el trabajo que en su momento no fue reconocido y no se podía exponer por razones de censura a los desnudos y a que no había galerías que quisieran exhibirlo; sólo había un par de publicaciones. Algo salió una vez en la portada de la Revista de la Universidad de México”.

Sobre su trabajo, López indica que son cuerpos que hablan a veces del erotismo; tienen cierta intención erótica. Se trata de un experimento formal con cuerpos que hago volar, que están por el aire.

Para la fotógrafa mexicana, es más fácil trabajar con bailarines y coreógrafos porque, más allá de la estética, son más libres y no les causa ningún problema desnudarse; incluso, son propositivos a la hora de hacer las imágenes. Es agradable que al plantear algo, después ellos sugieren movimientos y el resultado es sorprendente; entonces, jamás usé modelos. En las imágenes hay varios bailarines, como el coreógrafo Raúl Parrao, con quien trabajé mucho; también hay un escultor muy conocido.

Al recordar la serie de fotografías intervenidas, Maritza López mencionó que hizo unas con una joven francesa, quien escribió una carta de amor en acrílico, de la cual retomó algunas frases y las cortó en pequeños pedazos; después las superpuso a la hora de imprimir y salió en sepia. Esa era la parte experimental que en ese momento hacíamos, ya habían pasado los grandes formatos que también se pusieron de moda y estaba en su auge la cuestión de virar las fotos.

La exposición Maritza López: De viento y materia está conformada por fotografías análogas en su mayoría debido a la época en que se realizaron; sin embargo, hay una digital que formó parte del libro Músculo corazón, en el que se presentó el trabajo de varios artistas.

En la muestra sólo hay una imagen de esa publicación que es digital, pero todo el material fue en sistema análogo, fotografía intervenida, en blanco y negro, menos la serie de imágenes sepia, detalla la artista.

Con la curaduría de Katnira Bello, Maritza López: De viento y materia es una muestra en la que la piel en ocasiones se convierte en un paisaje abstracto, o bien, los personajes nos insinúan narraciones de mundos ilusorios y realidades paralelas, en los que nos vemos sumergidos con una simple mirada.

La fotógrafa considera muy importante que la directora del recinto, Natalia Pollak, abra espacio a estas exposiciones, como Imaginaciones radicales: Una lectura disidente de la colección del MAM y ahora las fotografías de desnudos. Se está abriendo a otros criterios y expositores, agrega.

“La idea fue aprovechar las imágenes de desnudo al aire que inicié en los años 80, como la serie Los ángeles, donde trabajé con el coreógrafo Raúl Parrao, con quien tuve mucha comunicación y estuve trabajando mucho tiempo, pero también hay trabajos de baile de Jaime Blanc, por ejemplo”, explica la artista.

Martiza López: De viento y materia se presenta desde ayer y hasta el 17 de mayo en la sala de fotografía Manuel Álvarez Bravo del MAM (Paseo de la Reforma esquina Gandhi. Primera sección del Bosque de Chapultepec).

 

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