Madrid. Los agricultores españoles expresaron finalmente todo su malestar y descontento ante la sede del ministerio de Agricultura del gobierno español, situado en pleno centro de Madrid y donde se vieron circular por las calles centenares de tractores, camiones con material de trabajo agrícola y hasta algunos animales de campo, como cabestros, toros y ovejas. Su entrada a la capital español fue para gritar alto y claro que no acabarán con sus movilizaciones hasta que no se atiendan sus demandas, que van desde la regulación de las ayudas por las secuelas de la sequía hasta modificaciones de calado en la normativa europea y en tratados internacionales con terceros países.
Madrid, que hasta ahora sólo había sido penetrado por un reducido grupo de agricultores previa autorización oficial, vivió un día de caos y colapso de tráfico. Desde cinco columnas, procedentes de distintos puntos de la geografía del país, fueron entrando a la ciudad centenares de tractores y vehículos de agricultores indignados ante lo que ellos llaman “sistemática ninguneo” e “insultos” por parte del Ejecutivo español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, que ha pasado de tildar al movimiento de “extrema derecha” e “instrumentalizado” por Vox hasta reconocer algunas de sus reivindicaciones y sostener que tiene “empatía” con su situación.
Por eso no extrañó que en la puerta del ministerio del ramo y con un megáfono en mano, un manifestante afirmó: ¿Cuántas veces se han quedado días en el campo sin comer ni beber? ¡Hay que aguantar! Hay compañeros que no han dormido en toda la noche y han venido desde muy lejos con los tractores. Esto es una aberración del gobierno que quiere impedir nuestro derecho a manifestarnos. Son los gobernantes los que están violando la ley”.
Era el último intento de la plataforma Unión de Uniones de romper definitivamente el cerco policial ordenado por el ministerio del Interior, que movilizó a miles de agentes antidisturbios para impedir que los agricultores llegaran a la ciudad. Pero finalmente los agricultores lograron entrar, si bien se registraron también duros enfrentamientos en algunos puntos de las concentraciones y de los se informó de cinco manifestantes y cinco policías heridos.
Según los datos de los organizadores, sólo en Madrid se congregaron 13 mil personas, si bien la Delegación del Gobierno ha reducido el número de manifestantes a un máximo de redujo la cifra a cuatro mil, además de la movilizaciones de mil 500 tractores, de los cuales 500 entraron a la ciudad y alrededor de 70 se estacionaron a las puertas del ministerio.
Además de en Madrid también hubo manifestaciones o concentraciones de protesta en otros puntos del país, como Cantabria, donde se bloquearon varias carreteras, en Cataluña, Andalucía y Extremadura, sobre todo. Desde el inicio de las movilizaciones se han registrado 52 detenciones y se han cursado tres mil 196 denuncias que podrían derivar en sanciones administrativas, además de haber identificado a más de nueve mil personas que también podrían ser sancionadas en los próximos días.
El coordinador estatal Unión de Uniones, Luis Cortés, anunció un nuevo calendario de movilizaciones a partir del próximo lunes, tras la reunión de los ministros de Agricultura europeos, en función de las medidas que se adopten. “Hoy hemos marcado un antes y un después. Queremos una vida digna, una rentabilidad e importaciones acordes con las exigencias que se hacen desde Bruselas”.
Más protestas en Europa
Los agricultores también se movilizaron en otros países europeos, como en Grecia, donde centenares de personas se concentraron frente al Parlamento, en la ciudad de Atenas, para hacer sonar el claxon de sus tractores. Además, alrededor de ocho mil agricultores, apicultores y ganaderos se unieron ea la protesta en la plaza Sintagma, haciéndose eco de quejas en manifestaciones similares en toda Europa. Además, los agricultores llevan semanas bloqueando brevemente carreteras y pasos fronterizos a la espera de los resultados de la negociación de sus sindicatos negocian con el Gobierno conservador del primer ministro Kyriakos Mitsotakis.
Mientras en Francia, el primer ministro, Gabriel Attal, anunció una exención fiscal a partir de este año de las cotizaciones para casi todos los trabajadores agrícolas temporeros, principalmente dedicados a la recogida de uva y fruta. Además, el gobierno galo confirmó que abandonará el indicador que usa para medir el uso de pesticidas, un modelo defendido por movimientos ecologistas, pero criticado por el sindicato mayoritario de agricultores y el sector. “Era una demanda de nuestros agricultores”, dijo Attal, que además confirmó que su objetivo sigue siendo reducir en un 50 por ciento el uso de pesticidas.
Finalmente, en Dinamarca se anunció que los agricultores deben reducir su producción hasta en una quinta parte de aquí a 2030 para cumplir con los objetivos de la agenda 203o, ya que este país nórdico es un gran exportador de carne de cerdo y productos lácteos. Más de la mitad de la superficie de Dinamarca está dedicada a la agricultura, que es responsable de un tercio de las emisiones de carbono del país, de ahí que ahora el gobierno esté contemplando aprobar además un nuevo impuesto sobre el carbono para los agricultores, que sería como máximo de 750 coronas danesas (109 dólares) por millón de toneladas de dióxido de carbono emitido.
