Tras la expropiación a inicios de febrero de una planta de hidrógeno en una refinería mexicana vendida a la francesa Air Liquide hace varios años, se están llevando a cabo conversaciones de compensación, declaró este martes el director general de la empresa.
La Secretaría de Energía de México (Sener) anunció la expropiación de la planta en la refinería de Tula, propiedad de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), el 8 de febrero, alegando la necesidad de salvaguardar la producción de combustibles, amenazada por el suministro de hidrógeno por parte de terceros.
Air Liquide, una empresa de gases industriales, obtuvo un contrato para suministrar hidrógeno a las instalaciones de Tula en 2017.
Las refinerías utilizan hidrógeno para reducir el contenido de azufre en los productos derivados del petróleo.
En una llamada telefónica tras la publicación de los resultados de la compañía del cuarto trimestre, el director general de Air Liquide, Francois Jackow, confirmó que se están manteniendo conversaciones con funcionarios mexicanos.
“Estamos en conversaciones, de hecho, con el gobierno mexicano para ver cómo abordar esta cuestión”, dijo Jackow, subrayando que las conversaciones son confidenciales.
“Tenemos contratos muy estructurados que prevén cláusulas de indemnización en situaciones similares”, agregó, sin entrar en más detalles.
La Sener no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. La planta de Tula, situada en el central estado Hidalgo, al norte de la capital mexicana, es la segunda mayor refinería de Pemex en el país actualmente en operación.