Wajay, La Habana. En silencio, un pequeño pueblo en las afueras de La Habana ha producido los mejores boxeadores olímpicos del mundo durante décadas.
Desde 1972, impulsados por la pasión y la inversión en el deporte del líder revolucionario Fidel Castro, los boxeadores cubanos han obtenido 41 preseas de oro olímpicas, 19 de plata y 18 de bronce, un botín impresionante, superado sólo en el medallero histórico por Estados Unidos con 50 doradas.
Durante décadas, los cubanos han enfrentado escasez de alimentos, medicamentos, combustible y otros bienes, elementos esenciales para cualquier programa de capacitación docente, debido al embargo económico estadunidense.
Sin embargo, pese a las deserciones de boxeadores como los campeones Robeisy Ramírez y Andy Cruz, y las carencias materiales, los pugilistas continúan cosechando éxitos.
El bicampeón olímpico Julio La Cruz suda profusamente después de una sesión de entrenamiento y sonríe cuando se le pregunta cuál es el secreto del éxito de Cuba.
Sin tener grandes cosas, hacemos grandes cosas
, dijo a Reuters durante una entrevista días atrás. No tenemos el equipamiento más moderno, ni la tecnología de punta
, añadió, pero afirmó que los entrenadores de la isla son los mejores del mundo
.
Las medallas se ganan en la preparación diaria
, señaló el boxeador de 34 años y aspirante a un tercer oro olímpico, destacando que la tecnología o la medicina moderna todavía no pueden sustituir al trabajo fuerte.
Reuters obtuvo un acceso inusual al centro del Wajay, donde se muestran las instalaciones que albergan los gimnasios de entrenamiento, un museo que reúne los trofeos ganados por Cuba, una cancha de basquetbol, dormitorios de bloques de concreto y un pequeño huerto como soporte de la alimentación de atletas.
Pero en La Finca, como se conoce a la Escuela Nacional de Boxeo, es visible la falta de equipos sofisticados. No hay ni máquinas ni computadoras de última generación, o salas de hidromasajes como suele ser típico en centros de entrenamiento de alto nivel en Europa o Estados Unidos.
Además de pasar horas en el gimnasio, los boxeadores completan su preparación con un improvisado acondicionamiento: golpean neumáticos de camiones, sacos de arena caseros y cuerdas como para arrastrar por la fuerza a camiones de las zanjas.
El entrenador Robinson Poll, con el cronómetro entre sus manos y observando la preparación, narró que en el centro se entrenan actualmente 40 boxeadores, de los cuales tres aseguraron su asistencia a los Juegos Olímpicos de París en julio.
No hay secretos en nuestra preparación
, dijo Poll, de 36 años. Estos jóvenes hacen dos sesiones diarias en el gimnasio pese a limitaciones con los medicamentos de recuperación energética y décadas de sanciones de Estados Unidos a Cuba
.
La isla tiene una estela de éxitos históricos en el deporte, principalmente en beisbol y boxeo. Fidel Castro era un apasionado de los deportes y disfrutaba de sus atletas como uno de los orgullos de su sistema socialista.
Sin embargo, el éxito de Cuba en torneos internacionales de beisbol se ha visto disminuido drásticamente en los últimos años, salvo excepciones como en el último Clásico Mundial, debido a deserciones de jugadores que emprendieron el viaje a otras naciones, incluyendo a Estados Unidos, por la tentación de salarios altos en las Grandes Ligas.