Ciudad de México. La reunión de las dos “precandidatas presidenciales punteras” con el Papa Francisco y el hecho de que los Obispos de Guerrero se reunieran con líderes de organizaciones delictivas “buscando pacificar la zona y reducir la violencia con la que se han manifestado en las últimas semanas”, significa la vocación de la Iglesia en pregonar el bien, la paz y la verdad, señaló en su editorial el semanario católico Desde la fe.
Estos acontecimientos “muestran a una Iglesia viva y activa, capaz de crear puentes para buscar el bien común, para proteger a los seres humanos, ya sea involucrándose en la peligrosidad de territorios en disputa con violencia o apoyando con guía y consejos a quienes le buscan, apostando por que en el gobierno de México se priorice hoy y siempre el cuidado de todo ser humano, especialmente los más vulnerables”, indicó.
Ante el terror evidente que ha surgido en Guerrero, “cancelando la oportunidad de vivir normalmente de los ciudadanos de ese estado, los Obispos locales decidieron presentarse ante los líderes de las principales organizaciones delictivas, para buscar acuerdos y pacificar la zona. No se trata de una negociación que busque promover delitos, tampoco de una negociación con la que la Iglesia gane algo; de lo que se trata, es de una negociación en la que los hermanos puedan reconocerse entre hermanos”, señaló la Arquidiócesis primada de México.
Consideró que en un clima de violencia en el que “se pierde de vista al ser humano, priorizando las ganancias, las venganzas, o el orgullo, salen perdiendo todos: los niños sin clases, los padres de familia con actividades económicas a medias, por supuesto las vidas perdidas en esa misma violencia”.
Indicó que “surgió la esperanza de reducir la violencia y recuperar las actividades normales de los ciudadanos”.
Por otro lado, las dos precandidatas presidenciales “más adelantadas al momento,” Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, buscaron el reconocimiento del liderazgo del Papa Francisco en el pueblo mexicano.
“Hemos escuchado algunas de las reacciones de las propias precandidatas reconociendo la calidad moral de las enseñanzas que escucharon en sus encuentros privados, además de la manifestación de Fe que en ellas ha despertado en mayor o menor medida, según sus convicciones personales”, indicó.