A siete meses de cumplirse 10 años de la desaparición de sus hijos, los padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa se preparan para nuevas jornadas de lucha. Si los gobiernos pretendían debilitarlos sembrando la división ofreciendo apoyos económicos a un grupo minoritario (estrategia ruin, pero nada novedosa), lo que provocó fue organizarlos para fortalecer su principal objetivo: conocer el paradero de sus hijos.
Las familias se encontraron con organizaciones sociales del país en el marco de la Asamblea Nacional Popular, realizada en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Ahí nuevamente señalaron que esperan reunirse directamente con el Presidente, sin intermediarios sin poder de resolución.
En el encuentro, las familias descalificaron la interlocución del gobierno federal con Felipe de la Cruz (quien no tiene un hijo desaparecido) “y un grupo de cuatro padres que responden a los intereses de la familia Abarca y de Guerreros Unidos”. En este contexto, han dejado claro que no participarán en ninguna reunión que contemple a estas personas.
Sobre la Comisión Nacional de Búsqueda, el Comité de Padres y Madres acusó que yace desmantelada y sin recursos para buscar a las desaparecidas y desaparecidos, a la vez que la fiscalía no avanza en las investigaciones
. Un desastre que parece no tener fin y que desalentaría a cualquiera. No a ellas y ellos.
Al principio íbamos avanzando, teníamos más esperanza de llegar a la verdad, pero el gobierno está descalificando el trabajo de los expertos, de Omar Gómez Trejo, de nuestros representantes legales. ¿Quiere decir que ya no vamos a avanzar?
, se pregunta Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio Bautista, uno de los futuros maestros desaparecido, quien refiere que hace cinco años nació en ellos la esperanza
de conocer la verdad.
Una nueva jornada de lucha se avecina en la Ciudad de México, iniciará con la marcha por los 113 meses de la desaparición de los 43 estudiantes el 26 de febrero y concluirá el 1º de marzo. Porque vivos se los llevaron.