Nabatiyeh, Líbano. La cifra de civiles libaneses muertos en dos ataques aéreos israelíes subió a 10 personas, reportó la prensa libanesa el jueves, lo que hace de la víspera el día más letal en más de cuatro meses de escaramuzas trasfronterizas.
El ejército de Israel dijo que mató a un alto comandante de la Fuerza Radwan de élite del grupo armado libanés Hezbollah, Ali Dibs, quien, según afirma, ha tenido participación en ataques dirigidos a Israel. El ejército indicó que Dibs fue asesinado junto con su segundo Hassan Ibrahim Issa, así como otro agente de Hezbollah, en un ataque en la ciudad sureña de Nabatiyeh.
Hezbollah confirmó que tres de sus combatientes murieron y publicó fotografías de Dibs e Issa sin dar información sobre sus roles en el grupo. Un funcionario de seguridad libanés dijo que Dibs escapó de un ataque con drones en Nabatiyeh la semana pasada. El funcionario habló bajo condición de anonimato de acuerdo con las normas.
Hezbollah ha prometido tomar represalias por los ataques del miércoles, que afectaron a Nabatiyeh y una aldea en el sur del Líbano, pocas horas después de que proyectiles procedentes del Líbano mataran a un soldado israelí.
El jueves en la tarde, Hezbollah dijo que había llevado a cabo su “respuesta inicial” al disparar “decenas de cohetes Katyusha” contra el pueblo israelí de Kiryat Shmona. No hubo reportes inmediatos de heridos desde ese pueblo, a donde han huido muchos israelíes que han tenido que evacuar sus hogares más al norte debido a los ataques de Hezbollah.
El jueves se informó de más ataques israelíes en el sur del Líbano y el primer ministro interino del Líbano, Najib Mikati, condenó la escalada.
“En un momento en el que insistimos en la calma y llamamos a todas las partes a no intensificar la escalada, encontramos que el enemigo israelí extiende su agresión”, se lee en un comunicado de su oficina.
El ejército de Israel indicó que los ataques del jueves se dirigieron contra infraestructura y puestos de lanzamiento de Hezbollah. De acuerdo con los medios estatales libaneses, la aviación israelí lanzó ataques cerca de las localidades fronterizas de Labbouneh, Wadi Slouqi, Majdal Selm y Houla, indicó la agencia noticiosa NNA.
“Israel seguirá respondiendo a los reiterados ataques de Hezbollah”, advirtió Avi Hyman, portavoz de la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu. “Nuestro mensaje a Hezbollah es ahora y siempre será: no nos busquen”.
La fuerza paz de Naciones Unidas desplegada a lo largo de la frontera entre los dos países, FINUL, se mostró preocupada por los últimos “intercambios de disparos” e instó a todos los implicados a frenar las hostilidades para impedir que la situación se agrave.
“Los ataques contra civiles violan el derecho internacional y constituyen crímenes de guerra”, indicó Andrea Tenenti, vocero de la FINUL, en un comunicado. “La devastación, la pérdida de vidas y los heridos que se han visto son profundamente preocupantes”.
En Nabatiyeh, el ataque derribó parte de un edificio y mató a siete personas de una misma familia, entre las que había un menor, informó la Agencia Nacional de Noticias. Un niño que en un primer momento se dijo que estaba desaparecido fue encontrado con vida bajo los escombros. Los primeros reportes indicaban que había cuatro fallecidos.
Hussein Badir, vecino de la familia Berjawi que murió en el ataque, dijo que él y otros salieron corriendo a la calle para excavar entre los escombros. La familia era “decente y respetable” y “no estaban implicados en nada”, afirmó.
Para Badir, el ataque revivió el recuerdo de los bombardeos israelíes durante la guerra de 2006 contra Hezbollah y de su ofensiva de 1996.
“Nadie está haciendo nada para ayudarnos”, aseguró. “Es nuestro derecho defendernos en nuestro país, en Líbano”.
En el poblado de Souaneh perdieron la vida una mujer y sus dos hijos pequeños. La cifra de civiles libaneses fallecidos incluía seis mujeres y tres menores. Tres combatientes de Hezbollah murieron también el miércoles.
A primera hora del miércoles, proyectiles disparados desde Líbano alcanzaron la ciudad israelí de Safed, en el norte del país, y mataron a una soldado además de causar ocho heridos, todos militares, de acuerdo con el ejército israelí.
Hezbollah no se atribuyó el ataque sobre Safed. El grupo dijo el jueves que sus combatientes atacaron tres puestos israelíes en la frontera.
Un alto cargo de la milicia, el jeque Nabil Kaouk, dijo en un acto celebrado el jueves en el sur de Líbano que estaban “preparados para la posibilidad de ampliar la guerra” y que responderían “a la escalada con escalada, al desplazamiento con desplazamiento y a la destrucción con destrucción”.
Los decesos suponen una importante escalada en más de cuatro meses de intercambios transfronterizos diarios provocados por el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza el 7 de octubre, luego del letal asalto transfronterizo del grupo insurgente palestino, aliado de Hezbollah.
Las instituciones gubernamentales, escuelas y universidades cerrarán sus puertas el jueves en protesta por la ofensiva aérea israelí.