Ciudad de México. En San Lázaro, diputados conmemoraron los 28 años de la firma de los acuerdos de San Andrés Larráinzar. Todos los grupos parlamentarios expusieron en tribuna que dichos acuerdos no se cumplieron por lo que persiste la deuda histórica con los pueblos originarios.
En ese marco Morena, PT y PVEM, se congratularon por las reformas que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador para reconocer a los pueblos originarios y afromexicanos como sujeto de derecho público.
El diputado Alfredo Torres, de Morena, refirió: “hace 30 años las y los hermanos indígenas de las cañadas de Chiapas decidieron levantarse en armas para denunciar las condiciones históricas de exclusión, asimilación y explotación a las que fueron sometidos durante los siglos del colonialismo. El gobierno federal envió al Ejército mexicano para sofocar a los rebeldes. Días después el gobierno declaró un cese al fuego debido a la presión de la sociedad civil e inició un proceso de diálogo, negociación con el EZLN, que dio como resultado años después la firma de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, suscrito entre el gobierno federal mexicano y el EZLN el 16 de febrero de 1996.
“Por desgracia, estos acuerdos no fueron cumplidos por parte de los gobiernos neoliberales, sobre todo por parte del gobierno panista encabezado por Vicente Fox, quien envió una contrapropuesta de reforma constitucional en 2021, y es la que se encuentra vigente en el artículo 2 Constitucional. Tuvo que llegar el año 2018 para que este gobierno de la cuarta transformación voltee a ver a los dueños originales de estas tierras; es decir, a los pueblos indígenas”.
Por ello, destacó Torres, “recibimos con buen ánimo la propuesta de la reforma indígena que presentó el presidente de la República en el Poder Legislativo.
Por el PAN la diputada Adela Ramos señaló “Este próximo 16 de febrero se cumplirán 28 años de la firma de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar en Chiapas. Entre el gobierno mexicano y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, este hecho marcó un antes y un después en la historia de México y de Chiapas. Y no sólo significó un cese al conflicto armado, sino una serie de condiciones con una nueva dimensión al conjunto de derechos sociales de la población indígena de México.
La diputada a Sayonara Vargas, del PRI, refirió: los acuerdos de San Andrés, alcanzados en 1996, entre el gobierno mexicano y el gobierno zapatista, el Ejército de Liberación Nacional, marcaron un hito en la búsqueda de la paz y la equidad en México. “Reconocieron la diversidad cultural y la pluralidad de identidades que conforman nuestra nación, así como la necesidad de construir un país donde todas y todos tengan voz y participación en las decisiones que nos afectan”.
El reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas, la autonomía y la libre determinación, así como el respeto a su cosmovisión y formas de organización por supuesto son pilares fundamentales de estos acuerdos, subrayó.
Francisco Amadeo Espinosa, legislador del PT, destacó: “el Estado mexicano en el gobierno de Ernesto Zedillo, distinguido priista neoliberal, pretende utilizar toda la fuerza militar del Estado para acabar con el movimiento zapatista. Sin embargo, la gran movilización de la sociedad mexicana a lo largo y ancho del país impidió lo que sin duda hubiera sido una brutal masacre de indígenas”.
En esta época, expuso, “la LVI Legislatura en esta Cámara de Diputados coadyuvó a la solución del conflicto aprobando la Ley de Concordia y Pacificación como instrumento legal que permitiera una solución pacífica al conflicto presentado”.
Bajo esta premisa, añadió, se pudo dar el diálogo entre las partes para terminar ese conflicto, siendo así que el 16 de febrero de 1996 se firmaron los Acuerdos de San Andrés, que con posterioridad fueron incumplidos reiteradamente por el gobierno federal a través de su entonces secretario de Gobernación”.