La maravilla de las ciencias se abrió ayer a pequeñas interesadas en el porqué de las cosas, quienes realizaron experimentos y propusieron soluciones a retos en la Biblioteca de México en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, instaurado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Al mediodía en ese recinto, se desarrolló una serie de actividades del Programa Adopte un Talento (Pauta) en el que las participantes pusieron en juego su imaginación y ejercitaron sus habilidades científicas.
En los talleres Flota, flota las niñas diseñaron y realizaron un modelo para que ciertos objetos se mantuvieran en la superficie del agua. Con base en su imaginación, información básica y comprobación realizaron una estructura de papel aluminio que pudiera soportar mayores pesos sin hundirse.
El segundo experimento fue Limpieza de derrames, en el cual las menores propusieron formas de revertir la contaminación de aceite en un pequeño recipiente con agua. Los organizadores destacaron que se trata de llevarlas también a la reflexión con el fin de diseñar diferentes estrategias para limpiar las aguas contaminadas, con lo que se vinculó esta experiencia de aprendiza con la realidad.
La concentración y la actividad fue la constante: las niñas observaron lo que tenían a mano, la bandeja con líquido, la hoja de papel aluminio y las rondanas que cargaría cada pequeña balsa. Dieron forma a diversas estructuras y las colocaron.La experiencia fue emocionante, aunque hubo decepción cuando se hundieron por el peso de las piezas de metal. Luego de algunos segundos, se pusieron a diseñar una nueva forma con el fin de que la barca flotara durante más tiempo.
Se despertó la curiosidad
Surgieron muchas preguntas, las participantes tocaron el agua, la delgada lámina plateada, y miraron a su guía de Pauta y lo interrogaron. ¿Por qué flota?, preguntó una. Otra reviró: se hunde
. Ninguna quedó conforme y volvieron a la carga.
En la siguiente actividad, las pequeñas intentaron retirar el aceite con cucharas, goteros, pipetas y gasas. Todas concluyeron que la gasa era la mejor opción. Una se quejó de que no fue posible lograr la limpieza completa. Otra se quedó pensativa, aun cuando se acabó el experimento, y puso atención cuando se le aconsejó que hay que tener cuidado con la contaminación. Más tarde dijo a sus padres que hay que limpiar el agua.
Observar y aprender
Fernanda Rodríguez, tallerista de Pauta, comentó a este diario que el objetivo de la asociación civil es fomentar habilidades científicas en niños, niñas y jóvenes desde los 4 años y hasta bachillerato. Se trata de propiciar que los participantes observen, aprendan a predecir, generar hipótesis e interpretar los datos, etcétera; con el fin de reunir esas habilidades en un proyecto de investigación que sería presentado en una feria de ciencias estatal y luego en una nacional.
Talleres
La organización labora en la Ciudad de México, asentada en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México y en estados como Jalisco, Yucatán y Chihuahua. Ofrece talleres en la Biblioteca de México cada 15 días, recinto en el que además trabaja con grupos los jueves y sábados.
Ivette de la Torre, coordinadora pedagógica de la asociación, explicó que entre los retos se hallan el que en muchas comunidades todavía está arraigada la idea de que la física y las matemáticas son cosas de hombres y que las familias aún no se abren a pensar que su hija podría ser ingeniera o matemática. Lamentó que aún se piense que una persona de ciencia es un hombre blanco, de mayor edad y que está en un laboratorio.
Enseñamos a las niñas y niños que las científicas y los científicos son personas de carne y hueso, que comen lo mismo que ellos, que estudiaron en sus escuelas, que fueron niñas como ellas, que tuvieron preguntas y que las siguieron haciendo a lo largo de su vida
, puntualizó.
Durante la jornada también se realizó el juego Cazadoras de sabiduría: el misterio de la científica perdida, desarrollado por infantes de Pauta para que sepan que ha habido muchas científicas que han hecho muchísimas grandes aportaciones en distintas áreas, no nada más Marie Curie.
Luz y acción
Las actividades cerraron con las ponencias Pensar las STEM desde una mirada interseccional, de la doctora en ciencias en ingeniería eléctrica Mónica Vázquez Hernández, y Luz, ciencia, acción, impartida por la doctorante en ciencias del mar y limnología Abigail Santiago-Arellano, que contaron cómo iniciaron en la ciencia y si desde pequeñas tenían gusto por ésta.
Vázquez Hernández explicó a La Jornada que desde los seis años las niñas empiezan a percibir que las actividades intelectualmente demandantes son para los niños, como las matemáticas. Ahí comenzamos a perderlas. A los 15 es cuando perdemos a la mayoría. De todas maneras están llegando niñas a las ingenierías
.
Agregó que 50 por ciento de las niñas que entran a una carrera de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas se van a graduar con las mejores calificaciones; sin embargo, van a seguir con problemas. Sufren mucho acoso y recordatorios de no pertenencia. Cuando se vuelven investigadoras, es más difícil que consoliden las trayectorias académicas que las que no tienen hijos o los varones
.