Las Vegas, Nevada. Poco después de liderar la última serie ofensiva de Kansas City para ganar del Supertazón 58, el mariscal de campo Patrick Mahomes fue nombrado MVP (siglas en inglés del Jugador Más Valioso) en el Allegiant Stadium en Las Vegas, donde los Jefes alcanzaron su segundo título consecutivo -y el tercero en los últimos cinco años- en una final que se extendió a los tiempos extra ante los 49ers de San Francisco.
Mahomes lanzó para 333 yardas y corrió para otras 66, como el bastión de la nueva gran dinastía en la élite del futbol americano. “Significa mucho”, dijo la estrella afrodescendiente de Kansas cuando se le preguntó qué significa para él un tercer campeonato en la NFL. “Estoy orgulloso de mis compañeros, esto es increíble, es legendario”.
Los Jefes no sólo retuvieron el trofeo Vince Lombardi, sino que además se consolidaron con una cosecha de victorias en finales que sólo los Patriotas de Inglaterra pudieron igualar en la era de Tom Brady. Mahomes, de paso, mantuvo su récord invicto en el Allegiant Stadium, recinto donde ha ganado cuatro veces frente a los Raiders desde su apertura en 2020.
Ahora el aclamado MVP está empatado con el miembro del Salón de la Fama, Joe Montana, en el segundo puesto con mayor cantidad de premios al Jugador Más Valioso del Supertazón, dos detrás de Brady.
Mientras el ala cerrada Travis Kelce celebraba con la cantante Taylor Swift en el centro del campo, el entrenador Andy Reid era interrogado sobre la jugada de anotación ganadora de este año. Bromista como pocas veces, el hombre al que Mahomes considera “el mejor coach de todos los tiempos” explicó que “el año pasado comimos salchicha empanizada, así que eso fue. Mucha salchicha empanizada con un poco de mostaza y ketchup”.