Cuernavaca, Mor. El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció este viernes la crisis de seguridad que existe en Morelos y afirmó que pese a que no les guste a sus críticos, su gobierno continuará enfrentando la violencia con la política de “abrazos y no balazos”.
“No les gusta, no me importa que nos les guste cuando digo abrazos, no balazos, porque estoy seguro de que si atendemos las causas, si la gente tiene para vivir con justicia, si tiene para sus alimentos, si son atendidos los jóvenes, si se combate la pobreza, si todos tenemos la oportunidad de estudiar, de esa manera vamos a ir enfrentando el flagelo de la violencia”, aseguró el mandatario en la Plaza de Armas de esta capital.
“Aquí hay violencia, necesitamos acabarla, pero no con la ley del talión, como quieren los conservadores, diente por diente, ojo por ojo, así nos vamos a quedar chimuelos todos, o tuertos. No, hay que atender las causas, la paz es fruto de la justicia”, aseveró luego de entregar las obras de restauración del Palacio de Cortés, ahora llamado Museo de los Pueblos de Morelos y de los murales que en su interior pintó en 1930 Diego Rivera, monumentos ubicados en el centro de Cuernavaca que sufrieron daños en el sismo del 19 de septiembre de 2019.
López obrador le dio un espaldarazo al mandatario morelense Cuautémoc Blanco, quien recibió rechiflas y abucheos de parte de los asistentes a la ceremonia.
“Lo quieran o no lo quieran, ya saben que yo siempre digo lo que pienso y que mi pecho no es bodega”, afirmó el mandatario. “No podemos pensar todos de la misma manera, ni en la familia, somos plurales y eso es la democracia”, agregó.
“Yo pienso que es un gran gobernador, Cuauhtémoc Blanco”, dijo López Obrador y en ese momento sonaron los abucheos contra Blanco. “Ya les dije, no me importa, es mi opinión, y me consta, porque todo lo que hemos hecho en Morelos, lo hemos hecho juntos”.