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México SA. Precios de productos de la canasta básica en el mercado de Jamaica reflejan las alzas al empezar el año. La inflación anual en enero fue 4.88 por ciento. La comparación es favorable respecto al mismo mes del año pasado, cuando fue de 7.91 por ciento. Foto Roberto García Ortiz
09 de febrero de 2024 07:34

De acuerdo con el más reciente reporte oficial (Inegi), la inflación anualizada repuntó en el primer mes de 2024 hasta llegar a 4.88 por ciento (4.66 por ciento en diciembre anterior). Sin embargo, en su comparativo con igual periodo de 2023 el resultado resulta favorable toda vez que en enero del año pasado dicho indicador fue de 7.91 por ciento. La cota más elevada en el presente sexenio fue de 8.7 por ciento en septiembre de 2022, en plena pandemia.

Ese el balance, pero ninguno de los resultados –especialmente el de diciembre de 2023 y enero de 2024– convenció al Banco de México para comenzar a reducir el elevadísimo nivel de la tasa de interés interbancaria la cual, desde hace ya un par de años, mantiene esa institución (de hecho, ayer ratificó su decisión de fijarla en 11.25 por ciento), lo que a su vez ha provocado que la banca privada, en especial, exprima los bolsillos de los usuarios del crédito y, por tanto, transfiera a sus alforjas cantidades billonarias por medio del indiscriminado cobro de intereses.

La Jornada (Julio Gutiérrez) nos ilustra, como siempre: en un entorno marcado por las altas tasas de interés, el conjunto de bancos (privados) que operan en el país logró entre enero y noviembre de 2023 el máximo nivel de ingresos cobrados por ese concepto, con un monto que alcanzó un billón 465 mil 983 millones de pesos, 32.7 por ciento más, en términos reales (descontada la inflación) que en igual periodo de 2022”.

Algo más: sólo por el cobro de intereses en créditos otorgados a empresas y a familias, los ingresos de los bancos sumaron 885 mil 502 millones de pesos, 26.3 por ciento real por encima de los 667 mil 926 millones de pesos registrados en el periodo comparable del año pasado. Ello significa que, prácticamente, seis de cada 10 pesos de los ingresos por intereses se obtienen por medio de los réditos cobrados a las empresas y a las familias luego de otorgar un financiamiento.

Cierto es que la inflación se mantiene fuera del rango establecido por el Banco de México (3 por ciento, más-menos un punto porcentual), pero su tasa de interés se mantiene 2.3 veces por arriba del primer indicador citado, y no hay visos, cuando menos a corto plazo, de que esa ecuación se modifique para aligerar la tremenda carga que a los bolsillos de los créditohabientes significa, mientras los bancos, orondos, siguen hinchándose de utilidades.

En vía de mientras, de acuerdo con la bola de cristal del Fondo Monetario Internacional ante la desinflación y el crecimiento firme, la probabilidad de que se produzca un aterrizaje brusco ha remitido, y los riesgos para el crecimiento mundial están en general equilibrados. Por el lado positivo, una desinflación más rápida podría dar lugar a una mayor distensión de las condiciones financieras. Una política fiscal más laxa de lo necesario y de lo asumido en las proyecciones podría comportar un aumento temporal del crecimiento, so pena de un ajuste posterior más costoso.

El organismo financiero considera que “un mayor dinamismo de las reformas estructurales podría impulsar la productividad y dar lugar a efectos secundarios transfronterizos positivos. Por el lado negativo, las nuevas escaladas de los precios de las materias primas a causa de los shocks geopolíticos –como los continuos ataques en el mar Rojo– y las perturbaciones de la oferta, o una mayor persistencia de la inflación subyacente, podrían prolongar las condiciones monetarias restrictivas. Una profundización de los problemas del sector inmobiliario en China o la desestabilización provocada en otros lugares por las alzas de impuestos y los recortes del gasto también podrían causar decepción en cuanto al crecimiento”.

A corto plazo, puntualiza el Fondo, “las autoridades enfrentan el reto de gestionar con éxito el descenso final de la inflación hasta la meta, calibrando la política monetaria en respuesta a la dinámica de la inflación subyacente y, allí donde las presiones sobre precios y salarios claramente se estén disipando, ajustándola a una orientación menos restrictiva. En muchos casos la inflación desciende y las economías están en mejores condiciones para absorber los efectos del ajuste presupuestario; es necesario prestar atención a la consolidación fiscal para restablecer la capacidad presupuestaria y abordar shocks futuros”.

Las rebanadas del pastel

Urge que arranque formalmente la carrera por la Presidencia, porque hasta ahora los candidatos sólo han aportado circo, teatro, maromas y patinazos, junto con pésimos chistoretes y borracheras entre cuates. Más seriedad.

Twitter: @cafevega

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