Buenos Aires. Los obispos argentinos le reclamaron el lunes al gobierno del ultraliberal Javier Milei intensificar “sin dilación” la asistencia alimentaria para los pobres frente al flagelo de la inflación, en coincidencia con una protesta de comedores comunitarios por la demora en la entrega de alimentos y a pocos días del primer encuentro del mandatario con su compatriota papa Francisco.
“En nuestra patria nadie debería pasar hambre, ya que es una tierra bendita de pan. Sin embargo, hoy a cientos de miles de familias se les hace cada vez más difícil alimentarse bien”, lamentó la Conferencia Episcopal Argentina.
Argentina reportó en diciembre una inflación mensual de 25.5% desde el 12.8% del mes anterior, una aceleración que los economistas atribuyeron a las políticas de desregulación de los precios, sumadas a la devaluación de más de 50% que aplicó Milei tras asumir el 10 de diciembre.
El país sudamericano cerró 2023 con una variación interanual de 211.4%, la peor medición desde 1991.
Con una pobreza de 40% “todos los espacios de cuidado que dan de comer, todos los comedores comunitarios, de parroquias, iglesias evangélicas y de movimientos populares deben recibir ayuda sin dilación”, reclamaron los obispos. “Es necesario anticiparse para que esta situación no profundice la crisis alimentaria”.
El pronunciamiento de los obispos coincidió con una demora de las autoridades nacionales en la entrega de alimentos a comedores comunitarios que vienen denunciando las organizaciones sociales desde hace varias semanas.
Este lunes voluntarios de comedores, la mayoría identificados con organizaciones sociales pero también cientos de mujeres con niños, formaron una hilera de varias cuadras frente a una dependencia del Ministerio de Capital Humano para denunciar una emergencia alimentaria.
“No se puede ajustar con el hambre del pueblo” y “El hambre no espera” eran algunos de los carteles que sostenían los manifestantes.
“Sinceramente, no hay nada para comer”, se quejó Griselda Ríos, de 22 años, quien tenía en brazos a su hija Alba de seis meses. La mujer contó que no puede trabajar porque debe cuidar a su beba y que el salario de su esposo carpintero no alcanza para garantizar la subsistencia de la familia.
“Mi bebé está empezando a comer, plata no hay, está todo caro. Es chiquita, no sabe si hay o no hay (comida). Espero que la ministra (Sandra Pettovello) nos atienda”, reclamó la mujer.
El gobierno de Milei se ha propuesto desplazar a las organizaciones sociales que identifica con la izquierda o con el anterior gobierno peronista de Alberto Fernández (2019-2023) como intermediarios e instaurar un sistema de asistencia directa a los sectores vulnerables.
Como parte de este plan, el gobierno no entregará más alimentos sino que brindará ayuda monetaria a los comedores.
“Yo no cité a la gente para que esté bajo el sol, los convocaron los dirigentes”, denunció la ministra Pettovello en un comunicado, apuntando contra las organizaciones sociales. “Fueron los dirigentes que usan a la gente y la hacen hacer cola (fila) bajo el sol. No los voy a recibir”.
Las advertencias de los obispos y la queja de los comedores comunitarios ocurren pocos días antes de que el presidente Milei sea recibido por el papa Francisco el próximo lunes en el Vaticano, en la primera audiencia oficial tras las polémicas declaraciones del mandatario ultraderechista contra el sumo pontífice durante la campaña electoral.
Milei había tildado a Francisco de “representante del maligno en la Tierra” cuando unos dos años atrás fue entrevistado en un programa televisivo y luego cuestionó su supuesta afinidad por el comunismo y “dictadores sangrientos” de Latinoamérica en declaraciones realizadas durante la carrera por la presidencia.
En uno de los debates en la televisión antes de los comicios, Milei pidió disculpas por los improperios que profirió contra el pontífice.
Francisco, que nunca replicó públicamente esos agravios, se comunicó telefónicamente con Milei para felicitarlo por triunfo en el balotaje de noviembre.