“El boleto más caro en Las Ventas de Madrid es de 195 euros, unos 3 mil 600 pesos, en barrera de primera fila en los tendidos 1.9 y 10 de sombra. El más barato, 7 euros, unos 129 pesos una andanada (un general) en los tendidos 4, 5,6 y 7 de sol.
“En las Ventas de la colonia Nápoles, perdón, en La México, el más caro, en precio de paquete, es de 4 mil 600 pesos, unos 206 euros en barrera de primera fila de sombra. El más barato, 60 pesos o 3.30 euros en sol general. Mientras que Madrid llena son unas 23 mil 800 personas, eso para La México representa poco más de media entrada pues le caben 42 mil almas. Una diferencia abismal, ¿no? Ello en cuanto a las capacidades, pero también en cuanto a calidad de lo que presenta cada plaza.
“¡Lárgate a vivir a España! me dirán. No lo necesito, lo tengo a un clic en mi computadora, y eso tampoco acaban de entenderlo los que manejan la fiesta en México.” (Hasta aquí el apunte de Eduardo).
“Me parece −añade el lector de esta columna− un descaro mayúsculo que la empresa de La México quiera cobrar más caras las entradas que en Madrid o Sevilla, siendo que el espectáculo que ofrece no genera ni la mitad del interés en la afición y menos en la opinión pública. ¿Quién autorizó esos estratosféricos precios para la mini temporada de reapertura?, que nos digan cuál fue el criterio. ¿En la alcaldía Benito Juárez también opera un cartel taurinario? Es evidente que el contubernio entre la ‘autoridad’ y la empresa sigue siendo el enemigo a vencer, y pregunto: ¿se hará examen post mortem a los toros? ¿Examen estereoscópico a los cuernos para certificar que estos no fueron manipulados? ¿Quién fue el misógino que confeccionó el discriminatorio cartel con tres mujeres de noche y en viernes? ¿Por qué no las ponen al parejo de los hombres? ¿Acaso tiene miedo a que una mujer le pegue un baño a uno de sus toreros en la nómina? ¿Por qué no quisieron ponerlas en igualdad de circunstancias?
“En cuanto a carteles y ganaderías, ni están todos los que son ni son todos los que están, sobran nombres y faltan nombres. Entre los carteles anunciados sólo hay dos aceptablemente rematados, como se dice en el argot: el del 4 de febrero con Sebastián Castella, Leo Valadez e Isaac Fonseca con toros de Xajay, propiedad de uno de los empresarios de La México, y el del 25 de febrero con José Mauricio, Emilio de Justo y Diego San Román, con reses de Pozohondo. El cartel de la novillada, lamentable.
Hay divisas a las que se les reprocha por su falta de trapío y de bravura exigente. Nos ofrecen hierros como Fernando de la Mora y Tequisquiapan, Xajay y Los Encinos, que suelen ser animales mansos como los que generalmente mandan, al igual que Pozohondo, que siempre deja mucho que desear en cuanto a trapío y bravura. De Rancho Seco, Marco Garfias, Villa Carmela y Vista Hermosa dejemos la incógnita abierta. De La Estancia, ¿ya no se acuerdan del vergonzoso encierro que lidió Roca Rey en su última comparecencia en La México o el que mandó a Guadalajara en noviembre de 2023? Y qué decir de la ganadería de Villar del Águila, sino que es el desecho de Xajay. Reitero: empresa y autoridades dejaron pasar la oportunidad de que la fiesta de toros en México retomara el buen camino.