Escritas con un siglo de distancia, una a finales del siglo XIX, y la otra en las postrimerías del XX, las óperas Anita y La hija de Rappaccini tienen varios puntos en común: sus autores son mexicanos, Melesio Morales (1838-1908) y Daniel Catán (1944-2011), y sus temáticas indagan sobre los espacios de violencia contra la mujer
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Así lo destaca el director de escena Rennier Piñero, quien presenta ambos títulos en el cuarto ciclo de ópera mexicana del Mexico Opera Studio (MOS), que comenzó con la puesta en escena de la obra de Morales, estrenada el jueves pasado, y que se extenderá hasta el 24 de febrero con el montaje de la pieza de Catán, en Monterrey, Nuevo León.
El también actor de origen venezolano-español recuerda que uno de los cometidos de esa propuesta, iniciada en 2020, es ofrecer un repertorio de acuerdo con nuestra realidad, que tenga impacto social actual y que la gente entienda desde las circunstancias que vivimos
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Al respecto, destaca que así como el año pasado el ciclo estuvo dedicado al tema del feminicidio, con el montaje de la propia Anita y Misa de seis, de Carlos Jiménez Mabarak (1916-1994), en esta ocasión se proseguirá con la línea de violencia hacia la mujer, pero abordada ahora desde el ejercicio de la libertad de elección.
Con estas dos óperas buscamos resaltar la libertad de elegir. El derecho que toda persona tiene a decidir qué quiere hacer y con quién quiere estar y relacionarse, visto desde el enfoque femenino.
Identidad y necesidad de rencuentro
En entrevista telefónica desde la capital neoleonesa, refiere que en el caso de Anita, la temática tiene que ver con un feminicidio ocurrido durante la toma de Puebla, el 2 de abril de 1867.
Es una historia de un triángulo de amor imposible en medio de una convulsa noche de revuelta social, político y militar.
La obra pone en valor y nos vuelve a reunir con esa necesidad de querer encontrarnos con la identidad, el otro y la capacidad de construir en conjunto
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Rennier Piñero aclara que la decisión de reponer en este 2024 esa obra de Melesio Morales, además del eje temático del ciclo, se debe a que el año pasado agotó sus cuatro funciones y mucha gente se quedó afuera
, situación que, dice, al parecer se repetirá en esta ocasión, pues tres de sus cuatro presentaciones, que proseguirán hoy y mañana, se encuentran vendidas.
De La hija de Rappaccini, cuyas tres funciones serán del 22 al 24 de febrero, detalla que aborda el tema de la castración de la figura femenina a través de la restricción con el mundo. La protagonista parece que estuviera libre, pero en realidad está confinada a un jardín hermoso por las decisiones y los experimentos del padre
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Catán y su universo compositivo
Luego de ponderar la figura de Daniel Catán, al recordar que a finales del año pasado fue estrenada en la Metropolitan Opera House de Nueva York su obra Florencia en el Amazonas, Rennier Piñero subraya que para el Mexico Opera Studio es muy importante acercarse a ese compositor, por su imaginario dramático y universo compositivo.
“Lo hacemos a través de La hija Rappaccini porque nos interesó ese doctor capaz de vulnerar los límites de la ciencia en pro de la propia ciencia, de encontrar y tratar de ir más allá, poniendo por debajo los límites de lo ético y lo moral, jugando incluso con sus afectos más cercanos”, apunta.
El creador escénico destaca que ambas obras serán protagonizadas por el elenco artístico del MOS, instancia que este año cumple su quinto aniversario, consolidada como uno de los proyectos de mecenazgo cultural más exitosos de Latinoamérica
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El director recuerda que se trata de un centro de alto rendimiento para cantantes emergentes de ópera y pianistas repertoristas auspiciado por un grupo de industriales de Nuevo León que a lo largo de ese tiempo ha estrenado 12 óperas, además de que algunos de sus integrantes han obtenido premios internacionales.
Piñero precisa que este cuarto ciclo incluye una gala operística, el 2 de febrero, con arias de autores mexicanos, como los mismos Melesio Morales y Daniel Catán, así como Ricardo Castro (1864-1907) y Miguel Meneses (1832-1892).
Subraya que éste fue el estreno en esa entidad de La hija de Rappaccini y que su montaje marcó la primera producción conjunta con la Orquesta Sinfónica de Nuevo León, dirigida por Eduardo Diazmuñoz, quien fue el director concertador en el estreno mundial de esa pieza, en 1991, en el Palacio de Bellas Artes.
Piñero adelanta que, con motivo del quinto aniversario del MOS, este año se llevarán a cabo los montajes de Los siete pecados capitales, con música de Kurt Weill y libreto de Bertolt Brecht, y Manon, del compositor francés Jules Massenet.