no hay persona de contacto, lo cual habla del desprecio gubernamental a las víctimas y sus familiares y pone en evidencia que, en caso de que se estén realizando búsquedas, se está partiendo de datos equivocados.
Las familias no olvidan y siguen cualquier indicio que los lleve a saber el paradero de su persona querida, al tiempo que reclaman al Estado que cumpla lo que le corresponde. En este contexto, esta semana nuevamente se presentaron familiares y activistas a colocar frente a Palacio Nacional otros dos memoriales: uno por Antonio Verástegui y su hijo Antonio de Jesús, desaparecidos el 24 de enero de 2009 en Coahuila, y el de Alfonso Moreno Baca, desaparecido el 27 de enero de 2011 en Monterrey.
Una jardinera en uno de los costados de la Plaza de la Constitución es ya lugar de la memoria desde el que se exige al gobierno (y al que sea que mande) que deje de simular estrategias de búsqueda. Los memoriales, advierten los buscadores, serán temporales, de tal manera que se retirarán cuando aparezcan sus familiares.
Es muy triste lo que hace el gobierno, querer desaparecer a los desaparecidos del país. Ha puesto a muchos funcionarios que no tienen el perfil adecuado. Está desapareciendo las comisiones que se crearon. Todo es una omisión
, lamentó el padre de Alfonso Moreno Díaz.
Paralelamente, al cumplirse 112 meses de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sus madres, padres y compañeros lamentaron que los ocho militares detenidos en junio de 2023 fueran liberados, al ser revocada la prisión preventiva oficiosa en su contra. El Estado y sus instituciones tienen la obligación de investigar, hacer justicia y buscar no sólo a nuestros desaparecidos, sino a los de todo el país
, advirtieron durante su movilización.
La resistencia está en saber escuchar a la tierra.
John Berger