Ciudad de México. Revelar en su propia voz la personalidad de Miguel Nazar Haro, un ex policía que se convirtió en emblema de la tortura en la época de la llamada “guerra sucia”, es una forma de asomarse a una parte de la historia de México que no debe ser olvidada, y revelar las atrocidades que se cometieron en nombre de la “lucha contra el comunismo”.
Así lo afirmó Gustavo Castillo García, reportero de esta casa editorial, durante la presentación de su libro El tigre de Nazar (Editorial Grijalbo), en el cual plasma una serie de conversaciones que sostuvo a lo largo de ocho años con el titular de la hoy desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS).
En el acto –realizado este miércoles en la librería Porrúa Condesa--, participó la periodista Elena Gallegos, quien como jefa de la sección de Información General de La Jornada animó al reportero a llevar más lejos sus conversaciones con el ex policía y emprender una aventura editorial.
El libro, dijo, “es una aportación fundamental al esfuerzo que importantes segmentos de la sociedad han hecho para documentar esas áreas de sombra de los gobiernos priístas y desenmascarar, sin dejar espacio para la duda, a quienes protagonizaron esos vergonzosos capítulos” de la historia de México.
Ante un nutrido público –en el cual figuraban los amigos, familiares, colegas y alumnos del autor—, el periodista y escritor Andrés Ruiz, autor del prólogo del volumen, coincidió en que este tipo de trabajos de investigación logran “echar luz sobre las cloacas, sobre la oscuridad” del sistema político mexicano, en un país donde muchas de las atrocidades en las que participó Nazar Haro siguen quedando en la desmemoria.
El también periodista José Reveles resaltó que Nazar no le dio tantas entrevistas a ningún reportero como lo hizo con Gustavo Castillo, producto de su “tesón reporteril”, y destacó que el libro es una “contribución invaluable” para entender la época de la “guerra sucia” en México.
En su intervención, Castillo recordó cómo fue venciendo el escepticismo inicial con el que lo recibió Nazar, quien finalmente accedió a contarle anécdotas reveladoras sobre su infancia e historias sobre sus facetas como bailarín de tango, obrero, comerciante y, finalmente, uno de los policías e interrogadores más temidos del país.
“El libro me lleva a revalorar los documentos que están en el Archivo General de la Nación, porque permiten reconstruir historias. Es una ventana que puede servir a las víctimas, a las organizaciones que demandan justicia y al Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico, porque permite atisbar en parte de aquellos que conformaron el sistema político que le dio vida al PRI, pero que también llevó al PAN a la Presidencia. Esta parte de la historia es algo que no se puede olvidar”, recalcó.
Obsesionado con combatir el “comunismo” que según él “ponía en riesgo al país”, Nazar afirmaba que “había que ser tan fanático” como los luchadores sociales y guerrilleros a los que detuvo, e incluso cuestionaba el hecho de que sus métodos de interrogatorio –entre los que figuraba poner a sus víctimas ante la presencia de un tigre, para intimidarlos—fueran considerados como “tortura”, recordó Castillo.
Pese a ello, dijo, “muchos sectores lo siguen considerando un héroe, (como) la gente que se dedica a la seguridad nacional. La DFS yo podría decir que no desapareció, sólo cambió de siglas y perfeccionó las técnicas de investigación que hoy siguen vigentes, que se siguen manejando, que hoy se pueden llamar Pegasus, pero que ahí siguen”.