Ciudad de México. Los resultados de los comicios presidenciales en México, a celebrarse en junio, no se asoman como un riesgo que implique un cambio al alza o a la baja en la calificación soberana. Si bien Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum “vienen de puntos muy distintos en el espectro ideológico”, esta última “parece una figura más tecnócrata”, comentó Todd Martinez, director del grupo de deuda soberana de Fitch Ratings.
En un seminario transmitido a inversionistas, el analista de la calificadora de riesgo expuso que las elecciones de junio no representan un riesgo para la calificación soberana de México. Sin embargo, la próxima administración sí tendrá que cargar con un margen fiscal reducido que obligará la discusión sobre una reforma fiscal.
Al referirse a las principales candidatas a la presidencia, Todd enfatizó que vienen de opuestos en el espectro ideológico, pero ninguna parece un riesgo para la inversión. Sobre Gálvez, que representa a la unión PRI-PAN y PRD con una desventaja de al menos 20 puntos, el analista hizo breves comentarios sobre sus antecedentes “amigables con el mercado”.
“Sheinbaum sí viene del partido de izquierda Morena, pero parece una figura más tecnócrata”, dijo Todd, en referencia a una forma de gobernar basada en planteamientos técnicos. Palabra que, por otro lado, también se usa de manera peyorativa por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador para referirse a las administraciones que le precedieron.
En lo expuesto a inversionistas internacionales, el analista de Fitch planteó que Sheinbaum ha traído personas a su equipo económico “que parecen estar en un tono más pragmático en términos de política fiscal”; y la aspirante también ha revelado que quiere incrementar la producción de energías renovables, como lo hizo en declaraciones recientes sobre el autoabasto.
Martinez destacó que de cara a los comicios, la pregunta que emerge es: ¿qué hará la próxima administración para dirigir el crecimiento y las tendencias fiscales?
Al menos en el terreno del crecimiento, la siguiente administración puede implementar una política para aprovechar la relocalización; sobre todo en materia energética, en lo renovable, que hasta ahora no son muy atractivas para la inversión privada, comentó el analista.
Destacó que la baja en el déficit que impone esta administración a la siguiente “no necesariamente va a pasar de manera automática”, ni quiere decir que esté de acuerdo, por lo que también se asoma la necesidad de plantear una reforma fiscal; y en cuanto a Petróleos Mexicanos, se parte de que se le seguirá apoyando, pero se espera que sea con “reformas estructurales” que permitan a la entidad recortar sus pérdidas.