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La distribución

23 de enero de 2024 00:06

Un informe reciente de Oxfam, titulado Survival of the richest, iniciaba con estas palabras: “Vivimos un momento sin precedentes de crisis múltiples. Decenas de millones de personas se enfrentan el hambre. Cientos de millones más se enfrentan a subidas imposibles del coste de productos básicos o de la calefacción de sus hogares… Al mismo tiempo, todas estas crisis múltiples tienen ganadores. Los más ricos se han enriquecido de forma espectacular y los beneficios empresariales han alcanzado máximos históricos, impulsando una explosión de la desigualdad”. Los datos sobre el crecimiento de la riqueza de Musk, Arnault, Bezos, Ellison, Buffet, han circulado por el mundo. En México ha ocurrido lo mismo. Slim, Germán Larrea, Salinas Pliego, no paran de enriquecerse; los bancos obtienen ganancias sin precedentes.

En Davos se reunió el Foro Económico Mundial (FEM). Asistieron miles de personas y, dicen las crónicas, los “grandes y buenos” líderes políticos y empresariales llegados en sus jets privados y sus enormes séquitos. De cara a los informes del FEM, Rajeev Dhawan, economista de la Universidad Estatal de Georgia, dijo, refiriéndose a EU: “Esto es menos una recesión y más un parón del crecimiento”. El resto de las economías del G7 andan peor. Alemania retrocedió 0.3 por ciento en 2023 y podría hundirse aún más en 2024, con la industria manufacturera alemana contrayéndose a un ritmo interanual del 6-7 por ciento. Francia y Gran Bretaña, con cifras negativas en el último trimestre de 2023; lo mismo ocurre en Japón, peor aún en Canadá. Las economías se estancan o retroceden, pero los más ricos se vuelven más ricos y la pobreza aumenta.

Se derrumbó la URSS en los años 90 y, en simultáneo, el neoliberalismo ocupó todo el espacio de la política y la economía. El marxismo fue desalojado de todo círculo académico o político. Ese viento negro se llevó la teoría de la distribución de Marx. En la explicación neoliberal las ganancias capitalistas y los salarios son estudiados de manera separada, como si nada los relacionara. El ingreso nacional es entendido como la suma de los ingresos de todos los agentes económicos, una suma falsa.

El objetivo de El capital es explicar la forma en que el producto social se distribuye entre las principales clases sociales del capitalismo. Con la esclavitud se constituyó la propiedad privada y las comunidades se dividieron entre las clases que viven del trabajo y las que viven de la riqueza, hasta hoy en día. Cada formación social ha tenido su manera específica de distribución entre las clases propietarias y las desposeídas. En la sociedad capitalista, en un marco de generalización del dinero, el producto social asume la forma de mercancías, que se intercambian por dinero. Quienes viven de su riqueza, reciben un valor en forma de ganancia; quienes viven de su trabajo, reciben un salario. El valor/ganancia capitalista lo produce la fuerza de trabajo, porque la riqueza es capital muerto que por ella misma no produce nada. La ganancia capitalista es una plusvalía que consiste en trabajo no pagado.

Como lo sabe quien haya leído a Marx, la distribución tiene lugar en un primer momento entre las ganancias y los salarios de los sectores productivos, y en un segundo momento, en el resto de los sectores socioeconómicos, mediante el gasto de las ganancias y los salarios del primer momento. No es ningún misterio el origen de los ingresos de sectores como los tecnológicos sin incidencia articulada a los sectores productivos. Ocurre en el segundo momento. Así sucede con los ingresos fiscales. En los nuevos sectores modernos tecnológicos aplica la ley de valor. Su especificidad tecnológica los convierte en monopolios que trasladan valor desde otros sectores, a través de los precios, que pueden adquirir la forma de rentas.

Hay que ver delirios como los de Yanis Varoufakis en su libro Tecnofeudalismo. Está claro que no distingue entre las formas de la explotación del trabajo en las distintas sociedades con propiedad privada de los medios para producir. Ciertamente, se trata de una distinción de Marx. Hace algunos años Varoufakis se definió a sí mismo como “marxista errático”, no es raro que el economista marxista Michael Roberts lo haya mentado como “más errático que marxista”.

Es preciso tener en cuenta que la distribución del producto tiene oscilaciones cuantitativas por efecto de condiciones particulares de la situación de mercado de cada agente económico. Pero en un ejercicio dado, el ingreso de un año, por ejemplo, si los más ricos, y los bancos, ganan en proporciones superiores al ritmo de crecimiento del ingreso, esas ganancias extraordinarias proceden del ingreso de los de abajo. Por eso la pobreza aumenta. El fisco tiene obligaciones pendientes con las ganancias extraordinarias de los de arriba. La riqueza debe ser sujeta a gravámenes específicos, para así llevar mayor ingreso a los de abajo.

La derecha ha buscado echar un manto de olvido sobre la obra de Marx. Pero el capitalismo la mantiene viva.

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