La Habana. Quienes conocen la trayectoria de Johana Tablada se refieren a ella como una mujer que siempre pintó para grandes cosas. Cuentan las leyendas habaneras que en sus épocas de dirigente estudiantil seducía con su ímpetu y sus magníficos discursos a miles de jóvenes cubanos en las calles y en las universidades de la nación caribeña. Formada en los agitados años 80, hija de revolucionarios y nieta de una colombiana que se enamoró perdidamente de su abuelo, un científico que la conoció en Medellín en los años 40, esta mujer lleva más de 30 años en el mundo de la diplomacia y es hoy la Subdirectora General de la dirección general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, tal vez uno de los cargos de mayor responsabilidad de la cancillería, pues ningún país como el gigante vecino del norte incide tanto en el destino de la isla desde que –hace más de seis décadas– decidió bloquearla económicamente.
Esta mañana llegó derrochando sencillez y brillantez al recinto donde delegados de 29 países participan en una versión mejorada y aumentada de la Operación Verdad, la multitudinaria rueda de prensa que dio el comandante Fidel Castro hace 65 años para desmentir una ola de calumnias contra el naciente gobierno revolucionario.
Con el mítico Malecón de La Habana como telón de fondo, habló con La Jornada, con franqueza y firmeza, sobre las relaciones Cuba-Estados Unidos, en los albores de este año electoral que –según la mayoría de las encuestas– puede derivar en el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
–¿Qué sentido le ve usted a que se realice hoy una nueva versión de la Operación Verdad después de 65 años de la original?
–Creo que ahora, más que nunca, es imprescindible seguir luchando por la verdad, pues si bien es cierto que en algunos aspectos el mundo ha cambiado mucho, también lo es que en otros no tanto. La agresión comunicacional contra Cuba no se ha detenido, sino que se ha incrementado. En la actualidad, Wa-shington da un especial énfasis a la estrategia de construir mentiras sobre Cuba, tratando de hacer creer, en una especie de esquizofrenia, que un país que es víctima de su terrorismo sea visto como terrorista. Y como no nos han podido doblegar pese a todas sus agresiones económicas, la única alternativa que les queda es apelar a la mentira.
“Su relato sobre nosotros omite mencionar todo lo que ellos han hecho para impedir el derecho de Cuba a un destino independiente y se centra en vender la idea de que el nuestro es un Estado fallido, donde nada funciona, donde hay un gobierno que no sabe administrar, único culpable de las carencias que tiene nuestra población.
Pero si bien es cierto que Estados Unidos actúa con ventaja en el escenario de los medios, también lo es que ello no anula la capacidad de los medios alternativos de defender mostrar la realidad, y en esa realidad está la verdad.
–Este 2024 es año electoral en Estados Unidos. ¿Qué puede significar para Cuba una eventual victoria de Donald Trump, tal como lo sugieren la mayoría de los sondeos?
–La vida nos ha demostrado que, sea quien sea el presidente de Estados Unidos, ello no es tan importante para la política de Washington hacia La Habana como muchos pueden pensar. Es verdad que nos fue muy mal con Trump, es verdad que el ex mandatario le agregó a 60 años de bloqueo 200 medidas adicionales, bajo la lógica de que el bloqueo no era suficientemente perfecto y aún entraba dinero a la economía cubana, lo cual obligaba –según él– a cerrar cada una de esas entradas.
“Por eso pusieron en marcha una especie de arquitectura quirúrgica que afectó nuestros programas de cooperación internacional, el turismo y la inversión extranjera.
“Sin embargo, tres años después, el presidente Biden ha mantenido la política de Trump, adoptando algunas medidas que no pasan de ser cosméticas.
Lo que vemos hoy es un Estado tratando de asfixiar económicamente a otro, en una estrategia que incluye una sostenida campaña de desinformación sobre Cuba. Nuestro país es objeto de una guerra económica y mediática por parte de Estados Unidos.
–¿Cómo ve la situación económica y social del país?
–Si bien el gobierno de Estados Unidos ha fracasado en su intención de tumbar la revolución, tenemos que admitir que ha sido efectivo en su objetivo de deteriorar la calidad de vida de los cubanos.
“En estos años se ha producido la ola migratoria más grande de nuestra historia. Unos 500 mil cubanos se han ido justo después de que Washington impusiera nuevas medidas criminales contra nuestro país.
“Es un milagro que usted aún pueda ver autos en las calles, que la salud siga siendo gratuita para todos, que los padres no tengan que preocuparse por la educación de sus hijos, desde la primaria hasta la universidad.
Pero la situación del país es muy difícil y estoy convencida de que no es porque lo hayamos hecho mal, sino porque lo hemos hecho bien y eso Estados Unidos no nos lo perdona.
–Cómo cree usted que el ciudadano cubano de a pie interpreta el difícil momento que vive el país. ¿Coincide la mayoría con la lectura que usted nos hace?
–Creo que la mayoría de los cubanos, incluidos los que se han ido recientemente, comprenden que el Estado hizo todo lo que tenía a su alcance por su bienestar. La mayoría de la población apoya los logros que tanto sacrificio nos han costado.
Pero una parte importante también es víctima de la desinformación. Según las últimas estadísticas, unos 7 millones de cubanos acceden hoy a Internet y muchos de ellos se creen las mentiras que circulan en las redes. Ahora tenemos un doble reto: mejorar la calidad de vida de la gente y contrarrestar la oleada de mentiras que salen desde las plataformas digitales, muchas de ellas financiadas desde Estados Unidos.
–En su amplio conocimiento del vecino del norte ¿no ve fuerzas importantes, poderosas, influyentes de Estados Unidos que quieran apartarse de esta política de asfixiar a Cuba?
–Más de cien congresistas estadunidenses se han dirigido a su gobierno para pedir cambios en estas políticas extremas. Sabemos que la gran mayoría de los intelectuales, los académicos, las comunidades afro, los universitarios y muchos hispanos no cubanos rechazan las iniciativas para asfixiarnos.
“Cuando Raúl y Obama anunciaron acuerdos tendientes a normalizar las relaciones bilaterales, sólo siete congresistas pusieron el grito en el cielo.
No me cabe duda que todos estos sectores pueden lograr que Cuba y Estados Unidos entren en una nueva fase de sus relaciones.
Es mediodía y Johana Tablada admite que tiene una montaña de trabajo acumulada en su despacho del ministerio. Al terminar esta entrevista trata de escabullirse, pero no la tiene nada fácil: decenas de delegados que asisten a la segunda versión de la Operación Verdad pugnan por darle un abrazo solidario en tiempos de bloqueo extremo.
Concluye foro de Operación Verdad
Luego de dos días de deliberaciones, la segunda versión de este foro convocado por Prensa Latina (PL) ha llegado a su fin. Luis Enrique González, presidente de la agencia noticiosa, agradece a los periodistas y académicos de 29 países que llegaron a Cuba para confirmar que la única forma de enfrentar a las mentiras nuevas de hoy, es la vieja e infalible fórmula de la verdad.