Ciudad de México. El escritor José Agustín es la alegría, la irreverencia, un hito en la literatura mexicana y el encuentro de generaciones, expresaron ayer al mediodía los participantes en el homenaje que se realizó en el Zócalo capitalino al narrador fallecido el pasado 16 de enero. Ahí, su legado congregó a más de dos centenares de jóvenes lectores.
En la charla, el historiador Paco Ignacio Taibo II recordó que José Agustín fue encarcelado tras un montaje del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz para cobrarse la afrenta de que algunos intelectuales apoyaran firmemente el movimiento estudiantil de 1968, como también hizo José Revueltas.
El escritor añadió que con De perfil José Agustín se movió en los territorios de los hijos de la naciente clase media urbana y escribió una novela iniciática repleta de sexo y albures. Fue rompedor
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Taibo II destacó la asistencia de jóvenes en la actividad: “es notable que congregue a esta reunión. Léanse en chinga De perfil, porque los elementos de rebelión y de descubrimiento de la adolescencia están ahí. Es un libro que ha resistido notablemente bien el paso del tiempo.
Si algún sentido tiene este encuentro al aire libre, muy a lo José Agustín, sentados en el pasto, es que él hubiera estado feliz hasta antes del accidente que sufrió; este era su territorio natural, hablar con comunidades donde brillaba lo joven, lo irreverente, lo poco serio.
El narrador reseñó que hasta en el último de los libros de José Agustín está presente un lenguaje no santo, rompedor, sacado de las profundidades de nuestra sociedad, para reírse un poco de ella y al mismo tiempo criticarla y criticar la estructura del poder
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El primer rockstar de la literatura en México
En su intervención, la narradora y conductora de radio Luisa Iglesias mencionó que José Agustín “seguramente fue el primer rockstar de la literatura en México. Un rockstar es una persona que hace lo que quiere y así cambia el mundo. Qué absoluta fantasía poder dedicarte a escribir sobre sexo, drogas, de perrito, de perfil y cambiar a toda una generación y la que sigue.
En la plática también participaron el colaborador del FCE Andrés Ruiz y la locutora Luisa Iglesias. Foto María Luisa Severiano
Pertenezco a una generación donde nosotros nacimos y José Agustín ya estaba ahí. Él nos enseñó desde muy niños qué era ser rebelde, contracultural, gritón, escandaloso, pintarte las greñas de colores y no tener miedo absolutamente a nada.
Además de recomendar El rock de la cárcel, la conductora destacó el libro La nueva música clásica, en el que José Agustín aborda el rock y las figuras intelectuales que intentaron destruirlo; decía que todo eso que se ha intentado barrer permanecerá porque siempre viene una nueva generación de relevo
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Para concluir, Andrés Ruiz, colaborador del Fondo de Cultura Económica (FCE), refirió que cuando leyó De perfil se topó con la mayor sorpresa que puede tener un lector. De repente noté a personajes que hablaban y compartían la perspectiva desde la que yo contemplaba al mundo. José Agustín me deslumbró
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Expuso que tras ser apresado injustamente, José Agustín incurrió en la maravilla de la desgracia, pues en Lecumberri conoció a José Revueltas, con quien creó una relación que benefició a ambos. José Agustín escribió Se está haciendo tarde en la cárcel, y muchas veces Revueltas lo revisaba, quien cuando sufría episodios de depresión era impulsado a escribir por José Agustín, lo cual resultó en la novela maravillosa El apando.
Ruiz concluyó: “José Agustín es una alegría. Esta andanada de carcajadas y esta mazorca que todo el tiempo estaba teniendo, porque todo el tiempo sonreía, contrastaba con la idea que se había perfilado en el estrato culto sobre que los 20 años no es la más bella edad del mundo, que se materializa en el epígrafe de Mario Vargas Llosa en La ciudad y los perros.
“José Agustín era exactamente lo contrario: la alegría de vivir, de tener 20 años, de romper los esquemas, la que lo persiguió toda su vida hasta este momento en que estamos todos aquí reunidos. Parafraseando uno de sus libros maravillosos, Inventando que sueño, José Agustín sigue inventando que sueña, porque ese sueño sigue siendo una realidad en sus libros y en sus lectores.”