La controversia respecto del beneficio ambiental que proporciona la fuente de energía nuclear ha motivado a lectores de nuestros artículos en La Jornada a cuestionar el uso de los reactores nucleares y a poner en la balanza nuestro punto de vista. Debate que nos estimula para continuar con la tarea de opinar sobre los asuntos de la energía.
Asimismo, agradecemos al físico Humberto Arriola Santamaría, compañero de la Facultad de Ciencias de la UNAM, por la corrección de algunos datos. Tal es el caso del proceso de la fisión. En física nuclear significa la ruptura, o división del núcleo de un átomo pesado, en núcleos más livianos. Esta reacción se lleva a cabo en los reactores nucleares. El resultado de este rompimiento produce fotones, neutrones libres y otros productos. Y, lo más importante para el tema que nos ocupa, es que se libera una gran cantidad de energía.
También existe la fusión nuclear, proceso importante para generar energía, que en otra ocasión podríamos opinar y ampliar la información. No es necesario ser experto en el tema para entender o para interesarse en la importancia de la física nuclear.
Lise Meitner, física de origen austriaco, logró descubrir el proceso de la fisión nuclear, paso determinativo en el desarrollo de la ciencia. Por error, se mencionó en nuestro artículo de la semana pasada a Enrico Fermi, italiano, estudioso de la energía atómica, como descubridor de dicho proceso.
Insistimos en que es de gran utilidad la información completa y verídica dirigida al público en general, ya que por los beneficios ambientales de esta fuente de energía limpia no debemos descartarla ni satanizarla. En próximos artículos, opinaremos sobre la medicina nuclear, rama de la física que, sin riesgos ambientales, ha salvado muchas vidas humanas.
Ya decíamos que son muchas las versiones equivocadas intencionalmente por parte de diversas empresas petroleras, así como de otras productoras de hidrocarburo, a fin de subestimar a la industria nuclear. No obstante, los bloqueos para la despetrolización de la economía mundial no han detenido la investigación nuclear en nuestro país.
Contamos con el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), organismo público descentralizado del gobierno federal que busca mejorar y aprovechar la energía producida por los reactores nucleares. En este centro se generan las técnicas para minimizar los riesgos de la utilización nuclear. Además, es una de las fuentes principales de información acerca de los avances tecnológicos para la optimización de los recursos que generan electricidad y otros beneficios. El ININ fue inaugurado en enero de 1956 y depende de la Secretaría de Energía. Inició actividades con el nombre de Comisión Nacional de Energía Nuclear.
Otro de sus objetivos principales es la creación de métodos y normas para el uso responsable de los reactores y el aprovechamiento óptimo, tanto del uranio como de otros componentes minerales utilizados en esta industria.
Reiteramos que dichos recursos minerales deben ser utilizados exclusivamente con fines pacíficos.
Tenemos ejemplos de la utilidad de la energía nuclear en otros continentes. En Europa, por ejemplo, uno de los países que más se han beneficiado de la fuente nuclear para producir electricidad ha sido Francia. Este país fue el primero del mundo en emplear la energía nuclear para generar electricidad. Por supuesto que se ha enfrentado a protestas ciudadanas y movilizaciones en contra del uso de los reactores nucleares. Sin embargo, en 2007 la utilización de esta fuente se priorizó oficialmente.
Debemos destacar que la incidencia de accidentes y la inseguridad en la obtención de electricidad, vía reactores nucleares, disminuyeron. A simple vista, la reducción de las protestas masivas no han sido reconocidas por la opinión pública; no obstante, la experiencia de Francia en el uso de la energía nuclear no es nada despreciable.
Además, se constató que las emisiones de CO2 durante 2004-2007, por lo menos, fueron menores. Cuando Nicolas Sarkozy fue ministro del Interior francés, destacó ante el Parlamento la importancia del uso de la energía nuclear ante el compromiso de bajar la contaminación ambiental, disminuyendo el nivel de CO2 y, por lo tanto, la del calentamiento global.
Posteriormente, como presidente de Francia, Sarkozy siguió dando prioridad a la instalación de nuevas centrales nucleares, al considerarlas como la fuente más limpia o, si se quiere decir, la menos contaminante. Sus proyectos estuvieron encaminados al fortalecimiento de su sistema energético e incluso declaró que “para reducir los gases de efecto invernadero no hay 150 soluciones; está la nuclear”.
En 2011, el accidente en la central japonesa de Fukushima puso a discusión y debate el riesgo del uso de la energía nuclear. Alemania era uno de los países más contaminantes, debido a que había cerrado sus centrales y utilizaba, de nueva cuenta, el carbón como principal combustible. Nicolas Sarkozy continuó defendiendo sus instalaciones y aseguró que contaban con un alto grado de seguridad y en ese momento afirmó que no las iba a “desenchufar”. “Fukushima no es Chernóbil –dijo Sarkozy–, de ninguna manera las abandonaremos”, aseguró en referencia a sus centrales nucleoeléctricas.
Por cierto, Benjamin Netanyahu no tiene ningún pretexto para amenazar, irresponsablemente, con un ataque nuclear a territorios palestinos. Ya es un genocida y un criminal de guerra, ¿qué otros títulos busca?
@AntonioGershens