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Los de abajo

20 de enero de 2024 08:43
La imagen del joven Oscar Antonio López Enamorado, desaparecido en Jalisco hace 14 años, interpela desde hoy a quien ocupe el Palacio Nacional. El joven hondureño es uno de los más de 113 mil desaparecidos en México, específicamente uno de los migrantes que no ha vuelto a casa y que el Estado se niega a buscar. Ahora su foto recordará todos los días a las autoridades mexicanas, las que sean que ocupen el cargo, que las familias no se rinden y continuarán exigiendo la presentación con vida de sus seres queridos.

A temprana hora de este viernes, se trasladó y colocó un memorial a un costado de Palacio Nacional, del lado de la Catedral Metropolitana. Ana Enamorado, madre de Oscar Antonio y fundadora de la Red Regional de Familias Migrantes, acompañada por el abogado Sandino Rivero, quien está a cargo del proceso legal de la búsqueda de su hijo, y Jorge Verástegui, familiar de dos desaparecidos y defensor de derechos humanos, encabezó la colocación del sitio de memoria y exigió que no se quite, que no se atrevan a moverlo.

Ana, convertida por la vida en defensora de los derechos humanos de los migrantes, denunció que durante las administraciones de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador no se ha atendido la problemática de desaparecidos en el país, por lo que hoy tienen una gran deuda con las familias mexicanas y migrantes de todo el mundo que tiene que pasar por aquí.

Las y los migrantes vamos a seguir cruzando por México, porque migrar es un derecho, dijo Enamorado, quien exigió no más masacres y no más madres desesperadas. Los familiares, insistió, vamos a seguir levantando la voz.

El memorial por Oscar Antonio y los miles de migrantes desaparecidos en su paso por México, se une en el mismo Zócalo al busto de Samir Flores Soberanes, defensor del territorio nahua asesinado en 2019, y al Antimonumento 68, escultura que denuncia que hasta hoy no hay verdad ni justicia por la conocida masacre de Tlatelolco. El problema no es que se coloquen sitios de memoria viva a lo largo de todo el territorio, lo alarmante es que ayer y hoy se sigan atropellando los derechos humanos en México.

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