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Andrea Marván Saltiel, titular de la Cofece, anunció –con siete meses de retraso– que analizará la operación de compraventa del gobierno mexicano de 13 plantas generadoras de energía eléctrica a la trasnacional española Iberdrola. Foto Cuartoscuro
19 de enero de 2024 07:09
El presidente López Obrador ayer detalló que como parte del paquete de iniciativas de reforma que presentará al Congreso se incluye la relativa a la extinción de todos estos organismos que (en tiempos neoliberales) se crearon para proteger a particulares y afectar el interés público, entre ellos la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), con Andrea Marván Saltiel al frente.

Resulta que la comisionada presidenta de ese organismo anunció –con apenas siete meses de retraso– que analizará con mucho cuidado la operación de compraventa del gobierno mexicano de 13 plantas generadoras de energía eléctrica a la trasnacional española Iberdrola. Las negociaciones iniciaron en abril de 2023 y se suscribió el contrato respectivo ¡en junio de 2023! No sólo eso, sino que Marván Saltiel detalló que como se trata de una operación compleja, pueden pasar meses antes que la Cofece apruebe o rechace la citada compraventa con todo el rigor técnico.

Días atrás, como muestra de la rapidez de su actuar, el citado organismo anunció –con un retraso de apenas 27 años– que en el sector ferroviario de carga en el país se registran prácticas monopólicas, de tal suerte que decidió investigar posibles barreras a la competencia en el mercado del servicio público de ese transporte, con todo y que el duopolio quedó armado y a la vista de todos desde 1997 con la privatización zedillista.

Pero, más lenta que un caracol de jardín (porque desde su creación y de forma por demás conveniente –dada su vocación de proteger los intereses privados– le ha pasado de noche la ostentosa conformación de monopolios, duopolios y oligopolios privados en la economía mexicana), ahora la Cofece decide poner el ojo en la citada compraventa para evitar que el Estado mexicano, por medio de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), garantice el servicio de energía eléctrica en todo el territorio nacional.

En la mañanera de ayer un colega comentó al presidente López Obrador que Marván Saltiel va a revisar con lupa la compraventa de las 13 plantas para evitar, según dijo, la existencia de empresas dominantes, es decir, como las voraces trasnacionales españolas Iberdrola y Naturgy que la Cofece ha mantenido intocadas.

El mandatario respondió: pues nosotros también estamos revisando con lupa lo que hacen estos organismos, al grado que en el paquete de iniciativas de reforma voy a proponer que desaparezcan todos los creados para proteger a particulares y afectar el interés público. ¿Qué sucedió en el periodo neoliberal? Entregaron a particulares los bienes de la nación, hubo una privatización que sólo tenía como antecedente la que llevó a cabo Porfirio Díaz.

Con las privatizaciones neoliberales los monopolios del Estado –que para efectos constitucionales no son tales– se convirtieron en monopolios, duopolios y oligopolios privados, como en el caso de la energía eléctrica, con todo y que la Cofece está, se supone, para evitarlos, aunque en realidad los permite y hasta los aplaude, pues la concentración de la actividad económica en el país es más que notoria.

Dijo López Obrador que los neoliberales hicieron todas las reformas que necesitaban y “crearon su gobierno porque requerían protegerse; por eso constituyeron todos estos organismos, supuestamente autónomos, en donde tiene más peso lo privado que lo público. Por eso es la actitud de este organismo, decir: ‘voy a ver con lupa lo que hace la CFE’, si ésta es una empresa pública que la querían destruir. Si no la rescatamos, estaría hoy produciendo 16 por ciento de la energía eléctrica y más de 80 por ciento la estaría generando el sector privado, sobre todo las empresas extranjeras, y eso ¿en beneficio de quién? Bueno, pues de los traficantes de influencia, Iberdrola, y todos ellos”.

Pues bien, la destartalada lupa de la Cofece nunca ha registrado, y menos evitado, la brutal concentración privada en, por lo menos, cemento, bebidas gaseosas, pan industrializado, cerveceras, televisión, radio, minería, banca, telefonía, aerolíneas y mucho más. Eso sí, tiene visión de lince para proteger los intereses particulares. Y si falla, para eso está el Poder Judicial.

Las rebanadas del pastel

La buena, que algunas empresas respondieron positivamente al llamado presidencial para recuperar los trenes de pasajeros; la mala, que son las mismas que concentran el sector (Grupo México y las trasnacional Canadian Pacífic Kansas City), es decir, las que, desde 1997, cancelaron dichos trenes, y se niegan a compartir el pastel. ¿La Cofece? Calladita, como siempre.

Twitter: @cafevega

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