entendimientoque en semanas recientes ya había incluido la presencia del ex canciller en actos morenistas en algunos estados y la inserción de
representantesde esa corriente en órganos guinda de dirección.
Con su presencia ayer en el Monumento a la Revolución, Ebrard pone punto final a la aventura de presunta disidencia que sostuvo como único impugnador formal interno de la develación de Claudia Sheinbaum como virtual candidata presidencial. En sus alegatos, el también ex jefe capitalino de Gobierno llegó a hacer acusaciones de delictividad contra cuando menos una secretaria del gabinete obradorista, la del Bienestar, y contra otras instancias gubernamentales y partidistas.
En los hechos, el ex secretario de Relaciones Exteriores ha terminado por aceptar la legalidad y la legitimidad del proceso interno de designación de Sheinbaum, pues la queja que con aparentes aires innegociables sostuvo ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena aún está en su fase final y en pocos días más habrá de emitirse la resolución que, para efectos prácticos, no tendrá mayores consecuencias, pues el quejoso ya andaba ayer revalidando a Sheinbaum, con un muy fotografiado abrazo simbólico de mutua aceptación.
En clave del extremo pragmatismo que está caracterizando al claudismo, la componenda con Ebrard implica un clavo más al ataúd electoral de los opositores, que habían intentado jalar a sus filas al falso disidente (aunque siempre se habló de que tal división era imposible, pues Palacio Nacional siempre tendría la posibilidad de iniciar acciones inhibitorias, no sólo las relacionadas con la línea 12 del Metro).
Recuérdese que Dante Delgado hizo todo lo posible por hacer aspirante presidencial naranja a Ebrard y que en las filas pripanistas hubo momentos en que consideraron abrir las puertas a Marcelo, e incluso se llegó a hablar de una encuesta final con Xóchitl Gálvez para decidir cuál postulación les convendría más. Al final, Ebrard se ha quedado en donde siempre estuvo y de donde no podría haberse ido incruentamente (Ricardo Monreal también encandiló en ocasión anterior a MC y al PRI-PAN con la posibilidad de pasarse a sus filas, por el golpeteo desde Palacio Nacional contra el zacatecano). Ah: también reapareció Adán Augusto López Hernández, quien ha tenido una participación pública intermitente con Sheinbaum.
Xóchitl Gálvez, mientras tanto, cerró la fase de precampaña en Guanajuato con un discurso que, entre otros temas, insiste en que Sheinbaum se rehúsa a debatir. Con el lenguaje pendenciero que sus asesores le han reforzado en busca de que se enzarce con quien va sumamente adelante en las encuestas de opinión, la hidalguense patina sobre sus propias fabulaciones, pues debates formales los habrá, en tres ocasiones, organizados por el Instituto Nacional Electoral.
Astillas
En Monterrey, ¿dónde más podría ser?, Jorge Álvarez Máynez realizó el cierre de lo que nunca inició, la fase de precampañas que el partido naranja consumió entre enredos del gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien dejó botada la virtual candidatura presidencial de Movimiento Ciudadano para regresar a la carrera a impedir que el PRI y el PAN le impusieran un sustituto que revisaría cuentas de él y la cogobernadora Mariana Rodríguez… Y, mientras la presidenta municipal de Manzanillo, Griselda Martínez, asegura que Mario Delgado le dijo ayer en oficinas de Morena que está fuera del partido y de su aspiración de ser candidata al Senado por haber dado una entrevista al periodista Ricardo Ravelo, en la que señaló que personajes del crimen organizado han estado participando en actividades a favor de Claudia Sheinbaum (video: https://goo.su/ojYCH), ¡hasta el próximo lunes!
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