Bogotá. En un acto inusual, el gobierno colombiano evocó el miércoles el día en que fue robada la mítica espada de Simón Bolívar por parte del M-19, la extinta guerrilla en la que el presidente Gustavo Petro militó en su juventud, generando críticas entre opositores.
A las cinco de la tarde la espada ingresó custodiada por la guardia presidencial a través de una calle de honor por las puertas de la Quinta de Bolívar, una casa campestre convertida en museo ubicada en el centro de Bogotá, a la misma hora y en el mismo lugar de donde fue robada el 17 de enero de 1974.
“¡Alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina!”, coreaban al unísono ex militantes del M-19 que celebraban el acto simbólico y ondeaban banderas blancas, azules y rojas del M-19.
La naciente guerrilla vigiló la casa e hizo labores de inteligencia previa para saber la ubicación y cuán custodiada estaba la espada. El día del robo usó armas, redujo y encerró a los vigilantes, luego rompió la urna donde estaba la espada y huyó sin dejar víctimas.
“¡Esto es inimaginable!”, celebró al ver de nuevo la espada Carlos Sánchez, uno de los exintegrantes del M-19 que participó en el robo. “Había unas pistolas y unas granadas, pero no las usamos”, dijo a The Associated Press.
Desde entonces, la espada se convirtió en el símbolo por excelencia de la lucha insurgente del M-19, hasta que sus dirigentes la devolvieron como un gesto de paz en 1991, después de que firmaron un acuerdo de paz y abandonaron las armas.
Para rememorar ese acto, el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes convocó una serie de eventos sobre los “50 años de la recuperación de la espada de Bolívar”, sin mencionar la palabra robo.
El símbolo de la espada adquirió mayor relevancia luego de que Petro ordenara a la guardia presidencial llevarla hasta la Plaza de Bolívar, cuando juró como presidente en el 2022.
El ministro de Cultura, Juan David Correa, explicó a la AP que llamar “robo” o no es una discusión activa, pero eligieron la “recuperación” porque fue el término que históricamente se usó hace cinco décadas y “a lo que estamos apelando es un discurso de memoria histórica”.
Los eventos fueron entendidos por opositores al gobierno como una forma de conmemorar y reivindicar a la extinta guerrilla en los 50 años del robo de la espada y su fundación.
“Es un precedente muy preocupante en la imposición ideológica del Gobierno nacional”, indicó a The Associated Press Hernán Cadavid, congresista por el partido opositor Centro Democrático. “Mientras que todos los problemas del país avanzan, el Gobierno está dedicado a la ideología, a los símbolos, y al posicionamiento del nombre del M-19”, agregó.
El ministro indicó que buscan “resignificar” la espada de Bolívar y reivindicar la “paz” lograda en 1990 cuando el M-19 firmó un acuerdo con el Estado.
“Aunque la pugnacidad y la violencia de los relatos hoy sigan señalando a un grupo guerrillero, es una fuerza revolucionaria que se democratizó firmando la paz”, señaló Correa.
Ante las críticas, Fabio Hipólito Mariño, exintegrante del M-19 y firmante del acuerdo de paz, asegura que “respetan” las opiniones contrarias que siempre han rodeado a los exguerrilleros.
“La espada tuvo un camino de dificultades, empezando por todo el proceso de persecución a los que la tenían, con el proceso de amenaza a quien pudiese tenerla”, señaló a la AP.
Luego de ser robada, la espada fue ocultada, pese a los operativos de las autoridades por recuperarla.
Esmeralda Vargas, esposa del comandante del M-19, Jaime Bateman, relató a la AP que la espada estuvo oculta en su casa y también en la del poeta León de Greiff.