Por primera vez en la historia, una empresa se declara culpable de apoyar al grupo Estado Islámico (EI), en la justicia de Estados Unidos, informó BBC News.
La cementera francesa Lafarge pagaba al EI para mantener una fábrica en funcionamiento en Siria, después de que estalló la guerra en 2011.
La empresa, abrió su planta en Jalabiya, cerca de la frontera turca, en 2010, dijo que “lamenta profundamente” los hechos y “acepta la responsabilidad de los ejecutivos individuales involucrados”.
Los fiscales estadounidenses dijeron que la filial siria de Lafarge pagó a Estado Islámico y al Frente Al Nusra, el equivalente a 5 millones 92 mil millones de dólares para proteger al personal de la planta, la cual finalmente fue evacuada en 2014, cuando EI tomó el control de la ciudad y la fábrica.
Pero antes de su partida, la compañía generó ventas por más de 70 millones de dólares, aseguraron los fiscales.
El Departamento estadunidense de Justicia informó que altos ejecutivos de Lafarge estaban involucrados en los acuerdos y sabían que corrían el riesgo de entrar en conflicto con las autoridades.
Los tratos de la cementera francesa se hicieron públicos en 2016, en un sitio web administrado por un grupo de oposición sirio.
Breon Peace, fiscal federal para el Distrito Este de Nueva York, donde se presentó el caso, dijo que la conducta “por parte de una corporación occidental fue atroz y no tiene precedentes ni justificación”.
Lafarge también enfrenta cargos de complicidad en crímenes contra la humanidad en Francia por sus actividades en Siria, pero la compañía niega las acusaciones.