Tras una semana de la votación en el Congreso de la Ciudad de México que derivó en la no ratificación de Godoy al frente de la fiscalía, Fernández publicó un pronunciamiento en el que aseguró que su voto positivo fue porque "creo en las instituciones", y como diputada su obligación fue responder ante los intereses de los capitalinos y no de una persona.

 

Descartó presiones externas para votar a favor de la ex fiscal, sino que vinieron del propio PRI.

 

"No me doblaron amenazas ni ataques de desprestigio por no seguir las órdenes de un dictador, (...), no seré títere político de quienes no ven por las necesidades de los representados.

 

"Quiero dejar claro que Mónica Fernández César es una mujer de una sola pieza y firme en sus convicciones, yo no renunció al PRI, me expulsa el partido de Alejandro Moreno, que ha convertido a nuestro instituto político en la burla y decadencia de la justicia social.

 

"Me expulsa Alejandro Moreno, quien no conoce el respeto a la libertad de expresión, que incluye mi libertad y derecho a ejercer mi voto como representante popular en el Congreso de la Ciudad de México; sin temor a represalias o censura".

 

Aseguró que el hecho de que Moreno la tache de traidora "no es más que el reflejo a seguir línea, órdenes y condiciones, que buscan favorecerlo a él solamente, y a sus lacayos".

 

Dijo que no permitiá que se mancille su trabajo político, "lanzando cobardemente imputaciones e infamias, que significan un claro atropello a mi persona, a mi familia".

 

Y abundó que Moreno ya no representa el sentir de los simpatizantes priistas, ni de las bases del partido, ni de ciudadanos de a pie.

 

"El verdadero priismo de la Ciudad de México no está a la voluntad de Alejandro Moreno Cárdenas. Lealtad no es obediencia ciega; disciplina nones sometimiento a placer y militancia no es servilismo.

 

"¡No me voy, me corren!", aseguró la ex priista quien dijo que "hay Mónica Fernández "para rato".