Tyristrand. El asesino en masa noruego Anders Behring Breivik dijo en un tribunal que lamentaba lo que había hecho y rompió a llorar al afirmar que su vida en prisión bajo aislamiento era una pesadilla que le hacía plantearse el suicidio cada día.
El fanático de extrema derecha que mató a 77 personas en un atentado con bomba y tiroteo en 2011 ha demandado al Estado, argumentando que las condiciones de su prisión y la prohibición de sus comunicaciones con el mundo exterior violan sus derechos humanos.
"No creo que pueda sobrevivir mucho más tiempo sin relaciones humanas significativas", dijo Breivik en la vista, celebrada en un gimnasio de su cárcel de alta seguridad.
"Sigo siendo una persona y hay un límite a lo que una persona puede soportar", dijo, con la voz quebrada mientras se enjugaba los ojos. "Cada día es una pesadilla. Cada día me planteo el suicidio".
Breivik mató a ocho personas con un auto bomba en Oslo y asesinó a tiros a otras 69, la mayoría adolescentes, en la isla de Utoya el 22 de julio de 2011. Desde entonces permanece en aislamiento.
Preguntado por el abogado del gobierno, Andreas Hjetland, qué pensaba de Utoya, Breivik dijo: "Lamento lo que hice. Estoy dispuesto a abandonar la política".
Breivik ha dado anteriormente mensajes contradictorios sobre cómo considera sus acciones. En el pasado ha dicho que no se arrepentía de lo que hizo y en otras ocasiones que rechazaba todo tipo de violencia.