El Banco Mundial elevó las perspectivas de crecimiento para México del trienio 2023-2025, aún con la advertencia de que una merma en la inflación y la demanda interna llevará a una desaceleración del crecimiento local; en medio de un periodo que a nivel mundial “pasará a la historia como una década de oportunidades desperdiciadas”.
El organismo elevó de 2.5 a 3.6 por ciento su perspectiva de crecimiento sobre México para 2023; de 1.9 a 2.6 por ciento la de 2024; y de 2 a 2.1 por ciento la de 2025. Con estas revisiones, la mexicana es la única de las grandes economías de América Latina donde se hizo una revisión al alza para los tres años.
Para América Latina y el Caribe, el organismo prevé que el crecimiento será de 2.3 por ciento en 2024 y de 2.5 por ciento en 2025. En Brasil, se pronostica un avance de 1.5 y 2.2 por ciento, respectivamente, de la mano de la baja de la inflación y de las tasas de interés. Y en Argentina, el Banco Mundial proyecta que la economía avance 2.7 y 3.2 por ciento este y el siguiente año, tras la caída de 2.5 por ciento de 2023.
A nivel global, el Banco Mundial enfatizó que el riesgo de recesión ha disminuido respecto al año pasado, beneficiado por la recuperación de la economía estadunidense. No obstante, “a medida que el mundo se acerca al punto medio de lo que se esperaba que fuera una década transformadora para el desarrollo, la economía mundial está próxima a batir un lamentable récord a fines de 2024: los cinco años con el menor crecimiento del producto interno bruto de las últimas tres décadas”.
Con la proyección de que a finales de 2024, la población de aproximadamente uno de cada cuatro países en desarrollo y alrededor del 40 por ciento de los países de ingreso bajo seguirá siendo más pobre de lo que era antes de la pandemia de pandemia, el organismo lanzó el estimado de que el crecimiento mundial se desacelerará por tercer año consecutivo, y pasará del 2.6 por ciento registrado el año pasado a 2.4 por ciento en 2024, casi tres cuartos de punto porcentual por debajo del promedio de la década de 2010.
“Sin una corrección importante del rumbo, la década de 2020 pasará a la historia como una década de oportunidades desperdiciadas”, declaró Indermit Gill, economista en jefe del Grupo Banco Mundial. “El crecimiento a corto plazo seguirá siendo débil y llevará a que muchos países en desarrollo, sobre todo los más pobres, caigan en una trampa: con niveles paralizantes de deuda y un acceso precario a los alimentos para casi una de cada tres personas”, enfatizó. Las alternativas son acelerar la inversión y fortalecer los marcos de política fiscal, expuso el también vicepresidente senior del organismo.