Nishiaraya. Una semana después de que un fuerte terremoto sacudió la costa occidental de Japón, miles de personas siguen sin agua ni electricidad.
El sismo de magnitud 7,6 dejó al menos 168 muertos el día de Año Nuevo y 323 desaparecidos. Las temperaturas bajo cero y las fuertes nevadas y lluvias dificultan la entrega de ayuda, dejando a miles de personas con suministros cada vez más escasos.
Desprendimientos de barro, rocas y grietas en las carreteras han sepultado viviendas y bloqueado las vías de acceso. Los que viven en zonas que escaparon a los mayores daños, como Nishiaraya, un pueblo de mil habitantes en las afueras de Kanazawa, desafían la nieve para recoger agua potable.
“¿Cuándo comenzará la reconstrucción? ¿Cuándo se construirán viviendas provisionales? No recibimos ninguna información”, afirma Hiroe Kawabe, residente de Nishiaraya. “Si no podemos vivir aquí, tenemos que pensar en marcharnos. Queremos información sobre cuánto tiempo llevará”.
El primer ministro, Fumio Kishida, dijo el lunes que 500 personas podrían ser alojadas temporalmente en un centro deportivo de Kanazawa, pero afirmó que se necesitaban más centros de evacuación. Dijo que el gobierno también estaba trabajando para encontrar habitaciones de hotel para los damnificados.
Kishida informó que el gobierno utilizaría 4 mil 700 millones de yenes (32 millones de dólares) de las reservas presupuestarias para los esfuerzos de reconstrucción.
Pero el tiempo hace que la reconstrucción sea una tarea peligrosa y se esperan más nevadas y lluvias en los próximos días.
El jefe del cuerpo de bomberos de Nishiaraya, Hisashi Ida, dijo que el mayor problema y riesgo es no poder quitar la nieve.
“Las máquinas no podrán entrar y la gente que camine por las partes con baches, donde se ha acumulado la nieve podría lesionarse. Creo que será un desastre secundario y estoy preocupado”.
Japón se asienta sobre el “Anillo de Fuego”, un arco de volcanes y fosas oceánicas que rodea parcialmente la cuenca del Pacífico. En él se producen alrededor del 20% de los terremotos de magnitud 6 o superior del mundo.
El terremoto del día de Año Nuevo fue el más mortífero de Japón desde 2016, cuando 276 personas murieron en un sismo que sacudió la región suroccidental de Kumamoto.