Ciudad de México. En su primera etapa de operación, con cuatro estaciones en la entidad, el Tren Interurbano México-Toluca logró reducir hasta 75 por ciento los tiempos de traslado de los habitantes de seis municipios mexiquenses por los que atraviesa. El recorrido de 21 kilómetros pasó de una hora 20 minutos en autobús a menos de media hora, de acuerdo con usuarios.
Trabajadores de la construcción, estudiantes y pobladores son los principales beneficiarios del trazado que va desde Zinacantepec, ubicado al oeste de la zona metropolitana del Valle de Toluca, hasta el corredor industrial de Lerma, comentó personal de seguridad que labora en las instalaciones.
Para conocer su vista panorámica y experimentar qué se siente viajar en este nuevo medio de transporte, el señor Óscar Modragón se trasladó desde Naucalpan en su automóvil y lo dejó en el estacionamiento de la terminal Zinacantepec.
Ahí inició su viaje para pasar por las estaciones Toluca, Metepec y Lerma, la terminal; después regresó y aprovechó para pedirle a otros usuarios le sacaran la fotografía del recuerdo. “Está muy bonito, ojalá hubiera más transporte así en la ciudad”. Dijo que en septiembre no pudo venir a conocerlo, porque el servicio era gratuito “pero estaban larguísimas las filas”.
En ese primer mes de operaciones se alcanzó una cifra de 50 mil viajeros diarios; el punto máximo se registró el 24 de septiembre con más de 58 mil. Ya en octubre cuando entró en vigor la tarifa de 15 pesos, el número de pasajeros bajó a unos 10 mil, indicó la Cámara del Autotransporte, Pasaje y Turismo del estado de México.
Para verificar los tiempos, recorridos y operatividad, La Jornada abordó el convoy, se pudo constatar que en las terminales abordan en promedio de 50 personas y sólo en horas pico la afluencia casi se triplica.
“A las 7 de la mañana, cuando se van al trabajo, y a partir de las 6 de la tarde para el regreso, hay más gente”, dijo Susana, una vigilante que se esmera en supervisar que los lugares para personas con discapacidad, ubicados cerca de las puertas, sean respetados.
El moderno ferrocarril con los colores de la bandera de México cuenta con cinco vagones interconectados, diseñado para 719 pasajeros (326 sentados y 393 de pie). La velocidad promedio es de entre 60 y 70 kilómetros por hora.
De gran amplitud en sus pasillos, con asientos beige acojinados en tela y con una separación pensada en la comodidad, los usuarios observan a través de los amplios ventanales, mientras la megafonía anuncia la llegada a la siguiente parada.
En Metepec subió Guadalupe, quien resaltó que no hay vendedores en los alrededores de las instalaciones, “porque cuando hay comercio ambulante todo se complica y hay delincuencia. En Observatorio la entrada del Metro no se ve”, dijo.
A decir de usuarios, la mayor bonanza de “El Insurgente” será cuando llegue a la Ciudad de México y no tienen duda de que mejorará la movilidad en la región. El recorrido será de 39 minutos y se estima que dará servicio a unos 230 mil pasajeros al día.
El tramo correspondiente a la capital del país comenzará a funcionar este año. Las pruebas de los trenes se tiene programada para marzo de 2024. Las estaciones restantes son Santa Fe, Vasco de Quiroga y Observatorio. Atravesarán la zona boscosa del parque La Marquesa, la zona corporativa y habitacional de Santa Fe para luego llegar a Observatorio, donde confluye la línea 1 del Metro. Es un tramo de 38 kilómetros que se construye con una inversión de 62 mil millones de pesos.
El aerodinámico era una obra inconclusa de la administración de Enrique Peña Nieto en la que se invirtieron 30 mil millones de pesos. El presidente Andrés Manuel López Obrador decidió concluir el proyecto que finalmente tendrá un costo alrededor de 100 mil millones de pesos.
Fue nombrado “El Insurgente” por el mandatario debido a que la inauguración se realizó durante las celebraciones de las fiestas patrias. Además, en su recorrido atravesará el Monte de las Cruces, lugar emblemático para la historia de México y su Independencia, pues ahí luchó Miguel Hidalgo.