Ciudad de México. A 100 años del asesinato de Felipe Carrillo Puerto (1874-1924), cumplidos el 3 de enero, valdría mucho la pena hacer un rescate más amplio de su pensamiento social, político e incluso filosófico, porque deja muchas lecciones históricas
para el país, afirma el historiador Miguel Ángel Ramírez Jahuey.
De acuerdo con el especialista, quien es investigador en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm) y actualmente trabaja en una biografía sobre aquel prócer yucateco dirigida al público infantil y juvenil, este personaje aún se mantiene en las sombras para gran parte de la sociedad mexicana.
Ello, asegura, no obstante su importante papel en la Revolución Mexicana, particularmente para Yucatán, y sus vanguardistas contribuciones a la vida política y social de esa entidad y el resto de nuestra nación, como promover el reparto agrario, la educación popular, el deporte, la toma de conciencia hacia el pasado prehispánico de ese estado y, de la mano de su hermana Elvia Carrillo Puerto, ser partícipe en los inicios del movimiento feminista en México, al promover el derecho a la participación política de las mujeres yucatecas.
Año del benemérito del proletariado
De allí que se congratule de que el gobierno federal, con motivo del centenario luctuoso, haya declarado a 2024 como Año de Felipe Carrillo Puerto, benemérito del proletariado, revolucionario y defensor del Mayab, porque, a su parecer, permitirá mayor conocimiento sobre su vida y obra, que, dice, se caracterizaron por la defensa del pueblo maya y de los campesinos, además de reivindicar a la clase obrera, ante la vasta influencia
de ideas socialistas que él asumió.
Aunque es conocido en Yucatán, por la huella que dejó allí, el resto de la población mexicana no está familiarizado con él, a diferencia de otros revolucionarios como Emiliano Zapata o Francisco Villa
, explica. Básicamente, ese desconocimiento se debe a que su influencia de acción se concentró en el sureste mexicano y esa región está un poco desconectada de la historia nacional
.
Especialista en la Revolución Mexicana e historia social del México contemporáneo, Miguel Ángel Ramírez sostiene en entrevista que Carrillo Puerto guio siempre sus acciones por un profundo sentimiento de justicia social
, tanto como periodista y revolucionario como político y gobernador de su entidad de 1922 a 1924.
Desde joven se identificó con el pueblo maya, con el pueblo campesino, con el pueblo oprimido. Admiró muchos a los mayas, aunque no era de ese origen, y se asimiló a sus costumbres y cultura, además de aprender desde muy joven ese idioma, para conocer de manera profunda sus problemáticas.
Refiere que, como gobernador, Carrillo Puerto se enfocó en priorizar las necesidades de ese pueblo indígena, al que buscaba sacar del atraso económico en que vivía, tras estar sometido durante varias décadas por los hacendados henequeros con políticas de explotación que rayaban en el esclavismo.
Desde su juventud, fue muy crítico con esas políticas, con la casta divina, que se dedicaba a explotar a los campesinos mayas, y durante su gobierno se dedicó a reivindicar los derechos sociales de ese pueblo.
Su paso por el zapatismo
Resalta el paso de Carrillo Puerto por el zapatismo, al que se sumó en Morelos hacia 1914, y a cuyas comisiones agraristas se integró en 1915, año en el que regresó a su entidad natal y se incorporó, con esa lógica de llevar a cabo una amplia reforma agraria, al equipo del gobernador Salvador Alvarado.
Asimismo, destaca el interés que tuvo por la educación y el rescate de la cultura maya: “Para él, era fundamental que el pueblo maya recibiera educación y, durante su etapa de luchador social, se dedicó a impulsar las escuelas racionalistas, que eran de carácter libertario.
También como gobernador, impulsó acciones encaminadas a fortalecer la educación del pueblo, la más importante fue la fundación de la Universidad Nacional del Sureste, hoy Universidad Autónoma de Yucatán, porque para él era fundamental dotar de educación al pueblo, para que se superara cultural y económicamente.
Respecto de la recuperación del deslumbrante pasado maya, mencionó que Carrillo Puerto impulsó durante su gubernatura proyectos arqueológicos a fin de rescatar antiguas zonas como Chichén Itzá, ademas de crear caminos para conectar a esas ciudades que se encontraban en ruinas y estaban siendo rescatadas por los arqueólogos de la época.
Siempre fue consciente de la riqueza del pasado maya y de que valía la pena rescatarlo, pero también consideraba esencial ocuparse del presente de esa cultura, de su desarrollo y su educación.